En plena época de Mercado Libre y de grupos de compra y venta en redes sociales, para muchas personas puede resultar raro aventurarse a las antaño famosas ferias en busca de material gamer. Sin embargo, en ellas todavía pueden descubrirse cosas interesantes a precios incluso más baratos de los que ofrece internet. Salir a pasear con un par de pesos en la billetera “a ver qué encuentro” es una sana costumbre que no debería perderse, así que acá repasamos algunas ferias de Capital Federal que ningún jugador puede dejar de visitar.
Parque Centenario se mantiene fiel a su tradición y presenta una de las ferias más atractivas de la ciudad. En los puestos ubicados sobre la Av. Ángel Gallardo se puede encontrar de todo: juegos, joysticks, accesorios, merchandising e incluso consolas. Quien suscribe conoce a un afortunado que hace un tiempo se llevó una Nintendo DS por solamente $10. Sí, $10. (NdE: Me muero!)
En Parque Rivadavia, sin embargo, la oferta ya no es tan amplia como lo fue en sus mejores años, pero igual sigue siendo recomendable pegarse una vuelta por los puestos cercanos a la calesita, sobre la calle Rosario. En ellos, lo que más suele encontrarse son juegos originales en diferentes formatos (cartuchos, CD’s y DVD’s) y copias piratas ofrecidas bajo la clásica pregona “¡Juegos, programas, películas!”. En menor medida, también puede verse merchandising y revistas del rubro.
La feria de Parque Los Andes (Av. Corrientes y Jorge Newbery, Chacarita) también brinda material copado, sobre todo a nivel hardware. Su principal característica es que todo está mezclado con todo, así que el mismo puestero que vende una camiseta réplica de River también puede vender una consola. Pero vale la pena indagar puesto por puesto, como hizo otro conocido que hace un par de meses se llevó una PlayStation 2 por unos $500.
Otras dos recomendables son la de la Plaza de Flores (Av. Rivadavia y Artigas, Flores) y la de Mataderos (Av. Lisandro de la Torre y Av. De Los Corrales, Mataderos). En la primera, los fines de semana hay un puesto del local “Gran Zanzíbar”, que vende, compra y canjea una gran variedad de juegos de todas las épocas. Y en la segunda, con un poco de suerte, también se puede encontrar material gamer.
La gran ventaja de todas estas ferias es que están abiertas a algo no muy bien visto en internet: el regateo. Si uno encuentra algo a un precio que considera que puede ser más barato, basta con realizar un pequeño tire y afloje con el puestero para lograr llevárselo pagando menos. Esto se puede hacer sin ningún tipo de tapujos, ya que es un código del ambiente aceptado tanto por vendedores como por compradores.
Otra ventaja importante es el factor sorpresa. Por más que uno viva buscando cosas en ML y que reciba notificaciones constantes de grupos en redes sociales, en las ferias suelen aparecer oportunidades que no se ven en ningún otro lado. Visitarlas periódicamente aumenta las chances de que hagamos esas compras que luego generan el “¡Nooo! ¡¿Cómo conseguiste eso?!”.
Está claro que hoy en día la oferta y demanda de videojuegos se mueve mayoritariamente en el mundo digital. Pero todo lo mencionado anteriormente demuestra que las ferias siguen vigentes y que todavía tienen buena mercadería para ofrecer. Si hace mucho que no van a alguna, aprovechen estas tardes de sol y visítenlas. Porque en las ferias, el siguiente dicho se aplica mejor que en ningún otro lado: el que busca, encuentra.