¡Bienvenidos! Aquí, todos los jueves, voy a recomendar algunos juegos chiquitos con alguna temática mensual. Hay montones de juegos indies dando vueltas por internet y, aunque duren unos pocos minutos, también merecen nuestro amor.
Aunque el frío ya no amedrenta tanto, quizás aún es pronto para salir los findes, y es mejor quedarse en casa con el culo en la estufa leyendo (o jugando) una buena historia. Agosto es el mes de las historias mínimas.
Hemos llegado a última historia del mes. Esta vez no puedo decir que se trate de un juego, sino de una experiencia interactiva. Está hecha por dos personas, un realizador audiovisual y una animadora.
La experiencia consiste en mover la cámara (es todo lo que podemos hacer) a través de un entorno tridimensional en movimiento. Seguimos los pasos de dos personajes avanzando hacia un destino común, pero en épocas distintas.
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Ambos van caminando por el mismo sendero, y, al mover la cámara hacia un lado, veremos a un chico andando por una ciudad contemporánea. Hacia el otro lado, un hombre cansado por la misma ciudad en ruinas.
Mientras los personajes andan, un texto nos va contando una historia con aires de ensayo o de poema que cobrará sentido del todo al llegar al final.
Los gráficos son simples, poligonales, pero muy bellos, con un buen tratamiento del color que varía en su paleta según si miramos una época o la otra. La música, extraña pero relajante, también cambiará según de qué lado estemos, sonando más distorsionada del lado del hombre.
Es un experimento muy lindo e interesante, con un final esperanzador.
Pueden aventurarse tranquilamente aquí.
¡Y nos vemos la semana que viene, en el próximo VideoJueves!