En los últimos tres años la euforia y la pasión por Star Wars recobró tanta fuerza como supo tenerla hace ya 40 años. Es necesario echar un vistazo hacia atrás y contemplar las otras grandes historias que esta maravillosa saga supo contarnos.
Tenemos películas como el reciente spinoff Solo: A Star Wars Story, series animadas, libros, cómics… Pero lo que a nosotros los jugadores realmente nos llama como La Fuerza (no, la de los Midiclorianos no) son precisamente los videojuegos.
Claro está que el mundillo de videojuegos basados en Star Wars es inmenso, como todo lo que mencioné anteriormente. En lugar de ir uno por uno y matarlos del tedio, prefiero tomarme la libertad de seleccionar los favoritos de la casa y repasarlos.
¿Quién sabe? Quizás terminen de leer esta nota con ganas de desempolvar alguno de estos hermosos títulos. O quizás haya que dejar de hablar de Star Wars por al menos 10 años… No, olvídense de eso último.
Viajemos juntos, entonces, 4000 años antes de que el Imperio Galáctico se apodere de la galaxia (valga la redundancia). Cuando la Antigua República era la fuerza que lo controlaba todo.
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Claro que la Fuerza ya estaba ahí, y, en consecuencia, el lado luminoso y el lado oscuro son los protagonistas de Knights of the Old Republic, el primer RPG basado en el universo de Star Wars que pudimos disfrutar.
La historia nos ubica justo al lado de Darth Malak, un Sith que supo ser el aprendiz del mítico Darth Revan, quien libera una armada de Siths contra la República, vulnerando la fuerza de los Jedis.
Como todo RPG, tenemos la chance de elegir tres clases, ser hombre o mujer, y llevar adelante una historia muy bien contada que nos saca del esquema al que estábamos acostumbrados en el año 2003.
Ya habíamos vivido los episodios clásicos y faltaba un trecho para el cierre de las precuelas con Episodio III.
Con nuestro personaje convirtiéndose en Jedi, viajamos por la galaxia tocando distintos planetas. Algunos conocidos, como Kashyyyk o Tatooine, u otros que quizás no le suenen tanto a los ajenos del antiguo Universo Expandido, como Manaan o Korriban.
[perfectpullquote align=”full” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=”30″]Expandieron el canon para todos los fanáticos que querían las cosas más simples y a mano.[/perfectpullquote]
Todo para dar con Darth Malak y terminar de una vez con esta guerra que se ha desatado. Pero ya sabemos cómo es Star Wars y su fino hilado del bien y el mal. De cómo la Fuerza se puede corromper o seguir por la correcta senda de la luz, por lo cual el final del juego nos dará la opción de elegir lo que creamos correcto. ¿Ser el héroe y la salvación, o tomar el lugar de un Lord Sith para dominarlo todo?
Algo que siempre aprecié muchísimo de los juegos es que, en su momento, expandieron el canon a todos los fanáticos que quizás no se llevaban bien con los pilones de libros y cómics y querían las cosas más simples y a mano.
Hay tanto que contar, y es tan fascinante ver cómo en cada punto de la galaxia, yendo hacia atrás en el tiempo, hay una historia nueva que bien puede ser diferente o bien puede ser el preludio de todo lo que vimos en la pantalla grande.
Más arriba en el pilón, dentro de este cajón de los recuerdos, se ubica The Old Republic. La línea de este juego rompió un esquema interesante, siendo el segundo MMORPG de Star Wars que vio la luz, pero que fue más popular que el primero: Star Wars Galaxies.
La historia se ubica 300 años después de KotOR, se nos presenta una paz aparente (o Guerra Fría, como más les guste) entre el renacido Imperio Sith y la República Galáctica.
Este es un punto en el que se rompe otro esquema de “los héroes contra los malos”: todos culpan a los Jedi por la victoria de los Sith en la Gran Batalla Galáctica.
Así que, sin más, es trabajo de los Jedi arreglar los platos rotos, luchando batallas en diferentes frentes y múltiples planetas, a sapiencia de que los Sith están recobrando su poder y planeando controlarlo todo. Y es el embate de las fuerzas oscuras lo que la Orden Jedi y la República deben resistir.
Es en este punto donde el juego comienza, y la historia en sí es mucho más compleja y más profunda. Así como ocurre con la historia de KotOR, aparecen múltiples personajes memorables, como una favorita personal, Shae Vizla, o los míticos Sith Acolytes.
[perfectpullquote align=”full” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=”35″]Podemos ser protagonistas de otro tipo de historias.[/perfectpullquote]
La complejidad de la galaxia, en lo que a su historia respecta, le ha dado muy buenos y brillantes momentos al mundo de los videojuegos. Bien podríamos suponer que casi todo en Star Wars se trata sobre la luz y la oscuridad, pero la realidad es muy diferente.
Claro que la dicotomía entre el bien y el mal está presente en todas partes. Pero podemos ser usuarios de un gran poder como es la Fuerza, o bien podemos ser protagonistas de otro tipo de historias.
Para las otras historias existen juegos como Republic Commando. Ya mucho más adelantado en el tiempo, a la altura de las Guerras Clónicas, y con una temática totalmente distinta, alejado de los RPG y MMORPG e incursionando en el terreno de los FPS.
Todo fanático de lo clásico, y cualquiera que le pregunten al respecto, sabe que Republic Commando es uno de los mejores juegos de Star Wars que existen al día de la fecha.
Por muy raro que les suene, hay más fanáticos de los Clones de la República de lo que muchos piensan. Lo cual es un tanto irónico si nos ponemos a analizar su contexto, Episodio II, una de las películas no tan apreciadas por el público.
Esta historia nos lleva de la mano del Delta Squad en su desenvolvimiento y acciones en lo que fue la mítica Batalla de Geonosis.
Como les decía, no todo en el universo de Star Wars se trata sobre los Jedis y la fuerza. Y, a pesar de que la aparición de los míticos caballeros en este juego es mínima, la recepción fue muy positiva, lo cual nos da para pensar que hay tantas historias por encarnar como estrellas en esta galaxia muy, muy lejana.
Claro que su servidora no podía dejar de mencionarles un juego que toca un punto sensible: la Legión 501, que hace su aparición en el antiguo Battlefront II.
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Este fast-forward es muy importante.
En este juego podemos acercarnos a personajes que ya nos son mucho más familiares, como el Emperador Palpatine, Obi-Wan Kenobi, el aún no convertido Anakin Skywalker y un favorito de todos, Boba Fett.
La parte más encantadora de Battlefront II es poder ver la transición del bien al mal, siendo que en medio del juego se ejecuta la Orden 66, y la Legión 501 termina llevando su “apodo” El Puño de Vader.
Así es como comenzamos un juego creyendo (o no tanto, digamos que la historia ya la conocemos todos) que pertenecemos al bando correcto. Cuando, en realidad vamos mutando y pasándonos al lado oscuro de la fuerza (el lado más atractivo, si me preguntan).
Finalmente, con la consolidación del Imperio Galáctico, podemos abrir la puerta a lo que es, personalmente, mi juego favorito: The Force Unleashed.
¿Saben sobre la regla de dos? En la galaxia sólo puede haber dos Siths: un maestro y un aprendiz. Vader y el Emperador, ¿no?
No.
La purga de los Jedis, conocida como Orden 66, quizás no haya sido tan efectiva como vimos en las películas. Quizás hayan sobrevivido más Jedis además de Yoda y Obi-Wan.
Es por eso que Lord Vader está en misión de limpiar a esta escoria luminosa y, en el trayecto de asesinar a uno de ellos, toma como aprendiz a un niño huérfano.
Galen Marek quien terminará convirtiéndose en Starkiller y llegando a la adolescencia como un “force user”, encargado de terminar en secreto con la tarea que comenzó su maestro: eliminar a todos los Jedis que quedan.
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Pero la misión no termina ahí. Como dije, la regla de dos que debe cumplirse, así que el último fin de Starkiller es nada más y nada menos que asesinar al Emperador.
Esto suena muy Luke Skywalker, pero que el personaje tome el lado oscuro y logra su cometido o se vuelve un Jedi será pura y exclusivamente nuestra decisión.
Nuevamente, la dicotomía del bien y el mal, de la luz y la oscuridad, está presente. Aunque sólo seamos soldados, cazadores de recompensas, o algún alienígena tocando música en una cantina en la peor zona de un planeta con un atardecer doble, el poder de elegir siempre está en nosotros.
Entregarnos a la tentación o resistirla es lo que nos hace humanos. Pero en Star Wars vemos cómo se lleva un paso más allá.
El universo es inmenso. Las historias son extensas. Parecen nunca terminar. Aunque el Universo Expandido ya no sea canónico, no dejan de ser Leyendas sorpendentes y atrapantes. Le dan una vuelta de tuerca a todo lo que conocemos y se nos hace un poco ajeno.
Créanme cuando les digo que los juegos valen tanto (o más) la pena como mirar una película.
Espero que hayan tenido una buena experiencia, y que la fuerza los acompañe.