En los últimos meses fuimos testigos de cómo dos de las principales empresas de la industria del videojuego se baten a duelo para que sus nuevas consolas, PlayStation 5 y Xbox Series X/S, arranquen de la mejor manera la pelea para obtener el liderazgo en ventas, que puede mantenerse para el lado de la empresa japonesa o ser destronada por la compañía estadounidense.
Pero mientras Sony y Microsoft se siguen disparando con munición gruesa, la industria presenta otra opción con una gran base de usuarios y récords de ventas. Esta empresa, no parecen tener un rival aparente y sus estrategias para gozar de buena salud durante los años por venir parece mantenerse inalterable. Nos referimos, lógicamente, a Nintendo.
La gran N japonesa, históricamente, se mantuvo por la suya. Podemos discutir horas sobre la manera en la que lleva adelante su negocio, algo que mantiene desde la época de NES/Famicom, pero su objetivo siempre estuvo en enfocarse en juegos más que en cualquier otra innovación tecnológica.
Todas sus consolas y novedades se adaptaron, a nivel técnico, a los tiempos que corren pero el foco siempre estuvo puesto en ofrecernos nuevas y más interesantes maneras de jugar. Desde 2017 esto vienen pasando con Nintendo Switch, la consola híbrida significó un gran replanteo para la industria y otra muestra de demostrar que no es necesario tener la mejor tecnología para ofrecer buenos juegos. Los elevados números de venta de la consola dan cuenta de ello.
La fórmula de la consola parece verse inalterada desde entonces. Por un lado ofrecer una fuerte gama de juegos exclusivos, licencias que obviamente jamás veremos en otra plataforma y también brinda un menú independiente de lo más variado. Y hasta algunos AAA multiplataforma.
Uno podría pensar que ahora a Nintendo Switch se le viene el “problema” del desfasaje tecnológico. PlayStation 5 y Xbox Series X van a ser demasiado para una consola que técnicamente ya era inferior a PS4 y Xbox One. Por tal motivo será muy difícil ver juegos de alto presupuesto multiplataforma en esta consola.
El plan de contingencia de Nintendo para apalear esto sigue sin cambiar demasiado, al menos por lo que sabemos. Por el momento seguirán haciéndose fuerte con sus títulos propios, empezando con cualquiera de la franquicia Mario, que suele tener de todo.
Por otro lado se está trabajando en una secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, segunda parte de uno de los mejores juegos de la década. Todo esto sumado a más personajes que se suman a Super Smash Bros. Ultimate, nuevos títulos de Pokemon y, ojalá, un nuevo Metroid, lo que dan cuenta de un catálogo robusto.
El problema siempre está en lo que la competencia, o como quieran llamarlo, tenga para ofrecer. Pero, a juzgar por lo que nos ofreció Animal Crossing: New Horizons, uno de los juegos más comentados de este tormentoso 2020, Nintendo siempre parece tener un as bajo la manga para mantenerse vigente.
Habrá que ver si a su estrategia inalterable se le suma una revisión de hardware, con mejoras en cuanto a la resolución y demás, como para no quedarse ya tan atrás en la carrera armamentística de la tecnología de las consolas.
Por el momento, Nintendo se muestra serena y confiada con su producto como para hacer otro tipo de movimiento como lanzar una nueva consola. La empresa sabe que tiene una audiencia fiel y en ventas se mantiene lo suficientemente fuerte como para apostar por un nuevo hardware que pueda parársele de manos a PlayStation 5 o Xbox Series X.
Todo hace indicar que Nintendo Switch, en 2021 y adelante, seguirá siendo “Nintendista”, haciendo la suya. Esperemos que sea con títulos interesantes como bien nos ha sabido mostrar la empresa japonesa desde hace tanto tiempo.