Dentro del gaming existen sagas que todo el mundo ama y recuerda con cariño, nombres cuyo sola pronunciación evocan la nostalgia por los tiempos pasados. Muchos de esos títulos han vuelto a la escena reversionados y mejorados o mancillados y defenestrados. Entre los tantos que se me ocurren está Oddworld: Abe’s Oddysee que hoy cumple 25 años y que ha tenido un regreso, no tan triunfal como el que esperaba su creador.
Aprovechando este aniversario como excusa, es un buen momento para analizar la historia, el legado y el presente de la obra de Lorne Lanning. No se que tan interesante les parezca la idea pero les puedo prometer que más allá de las caras feas de sus personajes hay mucho por ver. Al menos hagan el intento por mi, quien ya les ha demostrado que detrás de lo extraño muchas veces hay algo interesante por descubrir.
Bienvenidos a Oddworld
Toda historia comienza en un lugar y momento determinado, la aventura de Abe arranca en el matadero de Rupture Farms. Durante el inicio Oddworld: Abe’s Oddysee descubrimos que el protagonista de este relato fue un “trabajador” del complejo industrial antes nombrado. Aprendemos que pertenece a la especie Mudokon, cuyos integrantes han sido esclavizados por raza de CEOs: los Glukkon.
Además estos despiadados empresarios han drenado al mundo de recursos, todo lo que tocan lo convierten en un negocio. Oddworld, el nombre que recibe en este planeta, supo ser un lugar próspero pero ahora está prácticamente dominado por las corporaciones de estos seres. Pero más allá de este gris escenario, existen individuos que oponen resistencia a sus planes y uno de ellos es Abe.
Pese a ser un malnutrido esclavo, este Mudokon escapa de las instalaciones luego de descubrir que su especie iba a ser convertida en la base de una golosina. Desde ese momento inicia su camino, convirtiéndose lentamente en el salvador de su raza. Aunque no lo buscaba, termina ocupando un rol mesiánico y revolucionario en un mundo que había perdido la esperanza.
Esta historia me suena de algún lado
No hay que ser un genio para seguir las pistas que dejó Lorne Lanning: la sátira al capitalismo es una constante en Oddworld: Abe’s Oddysee. Su descripción de ese mundo es lo que él veía en su presente, lamentablemente nuestro día a día es incluso peor. No voy a hacer hincapié en las desgracias del hoy pero está claro que varias de sus exageraciones ahora son lo típico.
El foco de la cuestión no es tanto lo acertado de su diagnóstico sino lo adelantado que estuvo. Pensemos que en 1997 no todos se animaban a hablar de ecologismo, esclavitud o explotación laboral. Es cierto que existen precursores como Final Fantasy 7 pero la norma era otra, incluso hoy en día los estrenos de gran calibre se pintan de apolíticos para contentar a los nefastos.
La profundidad de su crítica y las vueltas de tuerca que tiene su representación del modo de producción son casi un tema de estudio. Suena a exageración pero varios de estos temas recién ahora están siendo problematizados en ámbitos académicos locales. Oddworld: Abe’s Oddysee marca algo más que un antes y un después: revela que estamos devorando el mundo.
Pero ¿y los números?
Para desgracia de los detractores de lo político, Oddworld: Abe’s Oddysee fue un éxito de ventas. Desde el 2012 es considerado uno de los mayores títulos de PS1, logrando llegar al número de 3.5 millones de copias vendidas en todo el mundo. El público lo aceptó porque detrás de su crítica había un gameplay atractivo, una historia atrapante y una estética llamativa.
Lamentablemente, la fortuna generada no quedó en las manos adecuadas y todo se complicó para el estudio desarrollador. En el 2014 sus creadores denunciaron que habían generado ingresos millonarios pero no recibieron las regalías correspondientes. Fueron víctimas de una industria depredadora, que toma incluso lo que critica al sistema para su propio beneficio.
A esta situación se sumó una seguidilla de estrenos mediocres, comercialmente hablando. Aunque varias de las secuelas de la saga tenían elementos interesantes, nunca terminaron de despegar en ventas. Lentamente los planes que tenían para este universo se truncaron y la saga mesiánica de Abe quedó truncada, como todo muchos intentos revolucionarios.
Un destino incierto
Hace unos años la saga tuvo un resurgir: luego de un tiempo su desarrollador volvió al medio y lanzó un remaster de Oddworld: Abe’s Oddysee. Esta nueva versión fue llamada Oddworld: New ‘n’ Tasty! y le dio un segundo aire a este mundo. Aunque no fue un éxito rotundo como la primera vez, alcanzó para solventar la creación de una secuela.
Después de varios idas, vueltas y una pandemia, durante 2021 salió Oddworld: Soulstorm. Desafortunadamente los números parecen no haber acompañado este lanzamiento. Lorne Lanning declaró que vendieron menos de lo esperado. No importó que se lanzara en casi toda consola y en PC, el éxito que debía suceder no pasó.
Aunque el nombre Oddworld me inspira muchas palabras e ideas, hoy en día su rumbo no está marcado y es posible que no regrese al mercado. Más allá de eso, Oddworld: Abe’s Oddysee es una saga para admirar por su insistencia, su legado y su historia. Desde mi lugar agradeceré una nueva entrega pero tampoco me hago ilusiones porque, como bien sabemos, en el capitalismo siempre tenemos todas las de perder.
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