Más de una vez me pasó de estar en un grupo de amistades con conocimientos de videojuegos, mencionar la EVO (Evolution Championship Series) como quién menciona el campeonato de fútbol local y recibir miradas que parecieran decir «¿la qué?». Hoy por hoy la escena de los esports crece minuto a minuto, con gente que se reúne a ver una clasificación al Valorant Challengers, camiseta de Krü y arengas de cancha incluidas. En ese contexto, me parece menester explicar qué es la EVO, contar su historia y, con suerte, evidenciar por qué es uno de los eventos de esports más importantes a nivel mundial.

De raíces humildes
A mediados de los 90s la escena de los fighting games en salones de arcades norteamericanos vivía un gran momento: decenas de jugadores se juntaban a medir sus habilidades en Super Street Fighter II Turbo y el recién salido Street Fighter Alpha 2. Este ambiente de camaradería, trash talk (en criollo, picantearla) e intercambio de tech se replicaba a lo ancho de los Estados Unidos, creando rivalidades a nivel ciudad y un sin fin de historias de gloria, donde cualquiera podía llevarse la victoria.

Naturalmente, las historias viajan rápido y en esa época, posteos en foros mediante, nació una necesidad: definir quién era el mejor a nivel país. Así es que nace Battle by the Bay (B3) en 1996, organizado por los hermanos Cannon, Joey Cuellar y Seth Killian. El torneo, realizado en el salón de arcades de la cadena Golfland en Sunnyvale California, juntó 40 jugadores, mayoritariamente de Estados Unidos con algún que otro infiltrado de Canadá y Kuwait. Los juegos involucrados eran los ya mencionados SSF II Turbo y Alpha 2, con Graham Wolfe y Alex Valle emergiendo victoriosos, respectivamente.
Organizar un evento de este calibre en esa época no era una tarea menor y el sucesor de B3 tardaría 4 años en ver la luz. B4 incluía los dos juegos del Battle by the Bay original, agregaba Street Fighter Alpha 3 y Street Fighter III: 3rd Strike, y sumaba el recientemente salido Marvel vs Capcom 2. Naturalmente la cantidad de participantes creció, llegando a ser alrededor de 100 y los ganadores viajaron a Japón para participar de una exhibición 5v5. Sería la primera vez que Alex Valle se enfrentaría a la bestia nipona Daigo Umehara. Estas partidas forman parte de Bang the Machine, un documental que difícilmente se encuentre en internet y se puede ver casi exclusivamente yendo a la EVO.

Al año siguiente, B5 mantenía viva la llama de esta comunión fichinera, esta vez con participantes invitados de Japón y la inclusión de Capcom vs SNK: Millenium Fight 2000 como novedad dentro del roster de juegos para competir. No obstante, y en contraste con el crecimiento del torneo año tras año, las salas de arcades como tal estaban frente al ocaso de su existencia y por ello la organización del evento viró hacia otra dirección, en búsqueda de un entorno y una identidad que pudiera albergar tamaña convocatoria.
Aguas turbulentas
«Bienvenidos a la Evolution Championship Series», recitaba un cartel colgado en el campus de la Universidad de California que por un fin de semana se ponía su mejor vestido de salón de arcades. De eso se trató y se trataba la EVO: mantener el espíritu del fichín, cualquiera jugando con cualquiera, todes arrancando el camino hacía la victoria desde foja cero.
Durante el transcurso del sábado, los organizadores se dieron cuenta de que las máquinas alquiladas no daban a basto para satisfacer tanto el juego de torneo como el juego casual, algo fundamental en la ideología del evento. Así es que nace el famoso «Domingo de Top 8», una tradición que sigue vigente al día de hoy y que le suma esa cualidad de show que el torneo no estaba logrando. EVO 2002, como su predecesores, fue un éxito.

Entre 2003 y 2004 les inscriptes crecieron de 300 a 700 y el paso de arcade a consolas para organizar el torneo era inevitable, para así preservar el espíritu de la EVO y que nadie se quedara sin jugar, tanto de manera competitiva como casual. Este cambio de piel a consolas era visto con recelo debido a los pobres ports consoleros de juegos que conformaban el line-up de la velada y que, en casos como Street Fighter III: 3rd Strike, el hardware utilizado terminaba siendo un Frankenstein entre televisión de tubo, placas de arcade y controles sticks individuales.
No obstante, durante 2004 cualquier ápice de descontento para con la organización quedaría rápidamente en el olvido gracias a el mejor momento que los esports han dado en su breve historia. Final de perdedores de Street Fighter III: 3rd Strike. De un lado, Justin Wong, múltiple campeón EVO de Marvel vs Capcom 2. Del otro, Daigo Umehara. La bestia. La leyenda.
Durante la primer partida, con un round por lado, Justin tenía la ventaja de vida. Todo indicaba que se llevaría ese juego, a menos que Daigo ejecutara 15 inputs sin ningún frame de margen de error… El resto, es historia.
Este momento de gran magnitud reflejaba todo lo que EVO intentaba celebrar y al mismo tiempo abría las puertas a un crecimiento del evento mediante acuerdos con sponsors varios. Es por esto que en 2005 la sede volvía a mudarse. Abandonaba California para adentrarse en el desierto de Nevada. Mas precisamente, Las Vegas.
Sin embargo, la falta de títulos nuevos a mediados de la primer década del nuevo milenio haría que la presencia de jugadores se estancara, con la organización teniendo que recurrir a otras comunidades, Super Smash Bros. siendo la más notable.
Pero ni siquiera el brawler de Nintendo podía mantener el interés del público y así es como 2008 reducía el total de juegos de 8 a 6. Más allá de una estructura organizativa sólida, el interés de la comunidad parecía morir como los fichines al principio del 2000. Se necesitaba de un milagro para re-encender la llama de EVO y quedaría en manos del hijo pródigo llevarlo a cabo.
La imparable rEVOlución
Luego de casi 10 años sin un Street Fighter nuevo, Capcom saldaba su deuda con toda la FGC. Street Fighter IV veía la luz en 2008 en suelo nipón para luego hacer su debut mundial a principios de 2009. Era una vuelta a las formas de Street Fighter II y, por consecuencia, un retorno al «espíritu de los arcades». Esto hizo que los pocos cientos de inscriptos a EVO en 2008 saltaran a 1000 jugadores en 2009, tan solo de Street Fighter IV.

Y como si esto fuera poco, la final fue protagonizada por Daigo y Justin. Casi como si el destino quisiera replicar el furor del EVO Moment 37. EVO 2009 marcó el punto de no retorno (en el buen sentido) para el evento, creciendo año tras año. Vio pasar intentos de Nintendo para bloquear un torneo de Smash en el marco de una colecta de caridad para la cura contra el cáncer.
Cultivó rivalidades que mantuvieron a toda una comunidad al borde del infarto. Inspiró a otres a generar eventos con la misma esencia (Combo Breaker, Frosty Faustings, CEO). Incluso atravesó una pandemia y una denuncia de abuso de uno de sus organizadores en 2020, cosa que llevó a la cancelación del evento. Afortunadamente, el hiato fue breve y en 2021 EVO por primera vez en su historia se convertía en un torneo virtual, previa adquisición del evento por parte de Sony, manteniendo al staff organizativo y proporcionando un gran sustento económico.
Evo 2022 Tournament Reg:
1. GGST – 2161
2. SFV – 1320
3. T7 – 1220
4. KOFXV – 1014
5. DBFZ – 636
6. GBVS – 528
7. MK11 – 464
8. MBTL – 411
9. SG – 295
Attending Countries – 63Top 4 titles featured in the Evo 2022 Arena Finals!
Tickets are available at https://t.co/WgXv1e2fEK.
— Evo (@Evo) July 18, 2022
Este año (2022) marca el regreso de EVO a la presencialidad. Con más de 8000 participantes desparramados a lo largo y ancho de los 9 juegos principales, muchos side events organizados por la comunidad, charlas de desarrolladores, stands varios y algún que otra primicia (¿personaje nuevo de Street Fighter VI?), la llama de la galería de arcades parece brillar más que nunca.
Miles de personas esperando no irse 0-2 a casa en primera ronda, donde todes arrancan con las mismas chances de llegar a la punta y el espíritu amateur respirará en cada esquina del Mandalay Bay este 5, 6 y 7 de Agosto.
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