Esta no la vimos venir. Como deben saber, el año pasado PlayStation se bajó de la E3 por primera vez en su historia. Y si bien en su momento fue una conmoción, la decisión parecía pasar por el lado de la falta de anuncios. Los juegos que se venían ya se habían mostrado mucho y todavía era temprano para revelar la nueva generación. Estábamos en un bache. Pero parece que nos equivocamos.
La mayor feria del planeta viene de capa caída y Sony habría decidido abrirse a tiempo. Sin dudas, la popularidad de su consola les da espalda suficiente para tener su propio evento con juegos de azar y esas cosas (referencias de Futurama), pero igualmente creo que faltar a una cita tan arraigada en el gamer en la previa de PlayStation 5 puede llegar a ser un error garrafal.
Hagamos un poco de memoria.
Las malas decisiones en los arranques de una nueva etapa suelen ser irremontables. La tercera consola de Sony, envalentonada por el éxito de la segunda, salió 100 dólares más cara que Xbox 360 y ni sus impecables exclusivos, más la no necesidad de pagar por acceder al online, pudieron dar vuelta el partido comercial.
Por otro lado, previo al comienzo de la todavía actual generación, Microsoft había decidido que One iba a necesitar de conexión a Internet permanente y que no se iban a poder utilizar juegos usados, para terminar con la reventa. Olvidándose de gran parte de sus consumidores. ¿El resultado? Perdió la generación por escándalo. El público no le perdonó eso y ni el excelente Game Pass y el cross-play pudieron impedir que la gente termine comprando a la competencia. Sumado a que los exclusivos brillaron por su ausencia.
Sin embargo, a pesar de todo esto y de la confirmación de que la E3 2020 no va a contar con la presencia de PlayStation, nadie descarta la posibilidad de que tengan su propio evento cerca de la fecha en cuestión. Aunque eso tiraría por la borda la aparente necesidad de Sony de tener la atención para ellos solos durante algunos días.
Entonces, ¿hacen bien en bajarse? ¿Por qué lo hacen?
Con el diario de hoy, te digo que no, no hacen bien en bajarse. El gamer en general ama la E3 y está acostumbrado a esperar esa semana para recibir una catarata de anuncios, ver las conferencias con pochoclos y hacer elucubrar en la previa. Pero PlayStation le está sacando parte de la diversión por segundo año consecutivo.
Si Microsoft le encuentra la vuelta, sin duda alguna, puede llegar a sobrevolar la sensación de que la nueva Xbox va a ganar la generación y eso es peligroso. Salvo, insisto en ese punto, que se haga algo grande en la cercanía de la fecha como para despejar dudas.
Ahora bien, el porqué es más complicado. Según se cuenta, la organización de la E3 ya no estaría bien vista por temas, no sólo administrativos, como la filtración de datos de periodistas e influencers del último año, sino también por temas de agenda dentro del evento.
Parece que lo periodistas no tienen buenas condiciones de trabajo, ya que, además de ser muy difícil conseguir citas o moverte de un lado al otro porque todo queda lejos, estar ahí no genera ningún plus real. En los stand se ve lo mismo que en las conferencias, y si no consiguen una entrevista jugoza se habrán gastado cientos o miles de dólares para nada, sólo para figurar. No tiene sentido.
Por eso, y por varios temas internos más que no quedan del todo claros, de a poco las grandes empresas se están bajando de la que, hasta el momento, es el mayor evento gamer del año.
¿PlayStation hará su vuelta triunfal en E3 2021 con su quinta consola ya en el mercado y muchos juegos para anunciar? ¿O la decisión de cortarse sola ya no tiene vuelta atrás? Que arranque la especulación. Después de todo, nos encanta.