Poesía Gamer: Un espacio donde la inspiración se encuentra con una de nuestras pasiones: jugar jueguitos.
Al sentir el suelo húmedo y turbulento bajo mis pies concibo indudablemente la certeza de estar en el lugar correcto en el momento correcto.
El niño desaparecido, Peter Shanon, debe estar en algún lugar de este bosque maldito y pienso encontrarlo, después de todo, no hay nadie más condenado que pueda hacer este trabajo demoníaco.
Bullet gruñe enérgicamente al borde de la carretera, siente a la hechicera y su sinfín de quimeras. Tu maldición no me asusta, bruja perversa.
Posiblemente no existas, y solo estoy detrás de una secta depravada de pequeños en preparatoria, que buscan despellejar niños en rituales pomposamente sombríos.
No tengo nada que perder, mi placa de agente policial hace tiempo me la arrebataron. Mis continuos episodios psicóticos claramente no tuvieron nada que ver, mi paranoia constante de persecución implacable no tuvo nada que ver, mi fracasado matrimonio no tuvo nada que ver.
Fue este bosque, este maligno y condenado bosque, nos ha arrebatado todo al pueblo de Blair, mucho más de lo que podríamos recuperar en una vida entera por vivir. El niño Shanon merece una oportunidad, aunque para nosotros sea demasiado tarde.
Heme aquí, en las adyacencias del abismo, en busca de esta vida inocente que alguien o algo se llevó a manos llenas de almas ya robadas, de existencias desvalijadas, y leyendas diabólicas aún no olvidadas.
Mi amigo canino no deja de ladrar. Si ha de haber una bruja, ya sabe que estoy en este lugar. Me acecha, me vigila, me espera, sea lo que sea.
- “ Ellis… Ven a mí.”
Con la osadía de pronunciar mi nombre entre susurros de árboles dormidos, meciéndose en suspiro, justo ahí decido. No prolongar lo inevitable.
Voy a ti, bruja de Blair.
Si llegaste hasta acá y te gusta lo que hacemos en Press Over, medio independiente hecho en Argentina, siempre nos podés apoyar desde la plataforma de financiación Cafecito. Con un mínimo aporte nos ayudás no sólo con gastos corrientes, sino también con la alegría de saber que estás del otro lado