No, yo no soy así, no es mi intención juzgar los gustos de la gente. Pero que sirve, sirve eh. Si juzgáramos más a menudo y con el nivel de violencia adecuada, tal vez el mundo sería un poco mejor que ahora. Imaginen ese mundo, con Jared Leto manejando un Peugeot 504 cancelándote el viaje porque le pagas con tarjeta.
Imagínenlo
El gentilicio para surcoreano, seria simplemente “coreano” y gran parte de ellos en vez de cantar y bailar para treintañeros tristes, estarían cuidando museos en Pyongyang. Juzguen señores. Juzguen.
De un tiempo a esta parte, ha surgido una revolución indigna y notoria. La revolución de los mobile games de remil mierda. Les voy a ilustrar una situación que seguro reconocen, sobre todo si gran parte de su jornada laboral se esconden en el baño para boludear con reeles. Promoción válida para home office.
Mueven el índice, el algoritmo hace lo suyo y aparece una competencia de furros bailando éxitos de surcoreanos que escaparon de la colimba. Repiten y un yankee rubio con cara de haberle hecho calzón chino al representante de una minoría recibe 6 millones de visitas por realizar una acción peligrosa y no terminar cuadripléjico. Ejemplo, saltar de edificio en edificio porque, no se, le sobró ropa para colgar y enfrente hay un buen tender. De repente, te salta una publicidad muy interesante y con gráficos impecables para la plataforma.
Un videojuego con cinemáticas y decisiones en pantalla.
¡ACHALAY! exclamás. Porque sos del norte y tenes 1/16 de nativo. Lo descargás del Play Store o como garompa se llame la tienda de iPhone y lo ejecutás. Acá suceden dos cosas. Si tenés Android, funciona, si tenes un iPhone mas viejo que hoy al mediodía, podes dejar de leer esta nota.
Lo tenés en tu celular. Escapás una vez mas al baño a la vista de tus compañeros de trabajo que por debajo de sus barbijos mal colocados comentan que esa diarrea solo se resuelve con cuatro kilos de arroz parboil.
Llegas al inodoro, convertido en trono para la cuestión, activas el recién descargado título esperando casi un GTA y… la decepción. La traición, hermano. Es otra porquería de administración de recursos que, no sabes cómo, seguro te está usando el celular para minar bitcoin. No entendés mucho de la materia pero tampoco lo dudás. Apretás sobre el ícono con la misma bronca que te da ir a la verdulería y encontrar la lechuga a 700 pesos el kilo.
Desinstalar
Seguís pensando en como entraste como un gil. Y en la lechuga. 700 pesos la lechuga.
Mafia City
Uno de los dos títulos que originó este artículo tiene unas publicidades que serían la envidia de Don Draper, multiganador del premio Clio y conocido galán alcohólico. En ellas, generalmente, se nos muestra con interesantes cinemáticas animadas a un “Crook LVL 1” que se mete en alguna extraña situación de crimen contra un “Mafia Boss LVL 50”, la policía, y habitualmente una señorita de buen ver (?) que hace alguna trapisonda. El tipo revolea una sartén y se transforma automáticamente en un jefe mafioso. La muchacha te hace ojitos. Para celular es algo superlativo.
“El sexo vende papá”, dice tu tío Aníbal en el asado, algo pasado de copas mientras relojea a una incomodísima promotora durante una carrera de fititos.
Por supuesto, el videojuego no se parece en nada a sus publicidades.
Mafia City es un gestor de recursos con perspectiva isométrica donde se puede hacer algunas cosas (como aburrirse) mientras construimos nuestro imperio criminal. Gracias a sus deshonestas publicidades, fue descargado millones de veces y algunas veces hasta se ha jugado lo suficiente como para hacer tutoriales de Youtube. El más famoso de esos tutoriales reza:
“Mafia City, como desinstalar esta garcha y confersarle al psicólogo lo crédulo que soy”
Tiene sus buenos años de engañar incautos el “Mafia City”. Tan así que los verdaderos delincuentes, los devs de Yotta Games, le armaron una web dedicada con foros como para poder discutir los eventos del día y como chorearle la Master de la cartera a la abuela para construir más rápido tu guarida.
Project Makeover
¿Sos una persona fea? No lo seas. Jaja, saludos.
El equivalente de esa sentencia es “Project Makeover”, un match 3 que tras cada nivel nos desbloquea cajas misteriosas adonde podemos conseguir vestimentas, collares, maquillajes y porque no, inyecciones de botox y la ocasional rinoplastia. Todo para que puedas conquistar a un vecino o al ocasional pariente consanguíneo, si es que naciste en Santiago del Estero.
https://www.youtube.com/watch?v=8UkZGNX0YUA&ab_channel=TOPGamesGamePlay
A la vez, también nos permite modificar nuestra casa, para la cual con las monedas ganadas podremos adquirir muebles y decoraciones.
Lo que sea por esquivar la depresión de ser como sos.
La permanencia del Match 3 como género mas repetido en el nivel casual nos hace preguntar adonde están los devs que en su niñez viciaban Arkanoid por ejemplo. Es tan sencillo como cambiar las barritas por caramelos o alguna pavada igual de inverosímil. No debería ser mas complejo de desarrollar para celular. En los 90’s había cientos de géneros casuales, y sin embargo el que permanece ante viento y marea es el de combinar tres. Que pasión por el poliamor golosinero.
Raid: Shadow Legends
Los israelíes de Plarium se toman un ratito de maltratar palestinos para desarrollar un RPG sobre maltratar a otras etnias. Notable recreo.
Las publicidades de éste título rolero van mas por el lado gracioso y funcionan bastante bien porque mezclan actores con personajes fantásticos creados mediante muy decente CGI.
Pero bueno, si querían hacer reír a la gente hubieran producido una sitcom:
«How I met your Drone» o «Parks and Refugees».
Ah, esté es el otro juego que originó el artículo.
El fichín en sí, es una suerte de gacha freemium que incluso fue porteado a PC hace unos años. No es una maravilla sin duda pero de los que voy a nombrar en este artículo, es con distancia el menos vergonzoso. Con un sistema de peleas por turnos, tenemos que tomar el rol de un guerrero teleriano para derrotar al Lord Oscuro y salvar al mundo.
Lo sé, original.
Se suben niveles, se desbloquean guerreros, se te llena la pantalla de microtransacciones, se te drena la energía por moverte dos pasos. Lo de siempre. Un choreo que se vende bonito. Un choreo que se ve bonito… ¿A qué les hace acordar?
Decor Match
Este lo conocí gracias a Mobile Game Hell una cuenta de Twitter que recopila cientos de estas catástrofes algorítmicas. Si MAFIA CITY nos engaña con sus publicidades, lo de DECOR MATCH califica de mitomanía ludópata (?). No existe el diagnóstico, pero la OMS debería ir anotando.
Este título es una copia de Project Makeover que ya de por si no era el The Last of Us (?) de los fichines para celular. Decor Match es un tres al hilo glorificado, las publicidades de esta bosta nos muestran a muchachitas totalmente obliteradas por el patriarcado corriendo a ponerse lindas para su novio y tener la casa más o menos presentable. COMO DEBE DE SER dijo tu tío Aníbal, atravesado por una ristra de chinchulines mientras le daba rosácea a la tía Norma.
WHAT pic.twitter.com/vf7c3S8oL9
— Mobile Game Hell (@mobilegamehell) April 4, 2022
Repito: es el Candy Crush.
Pasar niveles nos da monedas y con estas compramos decoraciones para una habitación específica. Como la cárcel a la que deberían ir los ladris de ZenLife que ante una potencial demanda pueden alegar que el nombre no miente.
Hay decoraciones. Hay matches.
Son ustedes los boludos viejo.
State of Survival
La publicidad arranca con una señorita de seguridad aeroportuaria oliendo un pedo de una potencial pasajera. No soy tan bueno escribiendo ficción como para inventarme esa línea y como con el resto de estos fichines, aquí les dejo la evidencia:
Zombie farts pic.twitter.com/UtnU03XPfS
— Mobile Game Hell (@mobilegamehell) February 18, 2022
Si tuvieron un aneurisma tras el visionado quizás deban atribuírselo a los años de consumo de alcohol. No creo que el videojuego sea TOTALMENTE responsable. Un poco sí. Un poco seguro.
State of Survival es la versión Modern Warfare del Plants vs Zombies “and I’m all out of plants”.
El objetivo es matar hordas de zombies mientras se construye un refugio y se acumula recursos. Un Dead Island pero en la ciudad. Un “Dead” (?).
En general no es un mal fichín para pasar el rato y ver a tu celular abandonar su tierna vida electrónica bajo un sinfín de notificaciones.
No obstante, vine por los pedos. El tío Aníbal que entiende de humor:
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Como se nota que Jimena está de vacaciones
Salvo mis notas, todas las que salgan en estas semanas pasaron por la edición y programación de Jimena. Esta incluso. Por?
disculpa no hablo con gente que vive de un sitio pero a sus colaboradores les paga 200 pesos por su trabajo
Similar a tu historia de los 500 pesos en Avant Garden y los 700 de la hamburguesa no? La paja en el ojo ajeno siempre Lomanto.
El que calla otorga, juancito
Esta buena la nota! Texto gracioso y te saca la curiosidad de estos juegos que nunca probarias pero en el fondo te dan ganas.