Tras el atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, el Estados Unidos comandado por George W. Bush comenzó una carrera contra el terrorismo islámico que terminó con la invasión a Irak el 20 de marzo de 2003. ¿La excusa? El régimen de Sadam Huseín (con 24 años en el poder) poseía armas de destrucción masiva y apoyaba económicamente a Al Qaeda, la supuesta organización que un año y medio atrás había asesinado a casi 3000 personas al derribar uno de los símbolos de Nueva York.
Como era de esperarse, la posesión de dichas armas por parte del país petrolero nunca fue comprobada, la relación con el grupo terrorista tampoco, y miles de civiles murieron a manos del ejército norteamericano.
En medio de toda esta ocupación, que dejó a Estados Unidos y Gran Bretaña con la potestad del petróleo iraquí y la posterior ejecución de Sadam Huseín en 2006, apareció Six Days in Fallujah, un videojuego que venía a contarnos sobre un conflicto que todavía no terminaba.
El estudio encargado era Atomic Games, especialistas en títulos bélicos y desarrolladores de simuladores de guerra para el ejército estadounidense. ¿Casualidad? No lo creo.
El shooter táctico en primera persona iba a estar distribuido por Konami para PS3, Xbox 360 y PC, pero tras el escándalo que significó su anuncio, la editora japonesa lo abandonó a su suerte en 2009, y al año siguiente fue cancelado estando terminado. “Es un instrumento de reclutamiento del ejército norteamericano”, decían muchas personas. Y vaya si había elementos para dudarlo.
Atomic prometía una experiencia en la que tendríamos que ir “limpiando” el camino de iraquíes, denominados por ellos como insurgentes, mientras los escenarios se destruían como ningún otro videojuego lo había hecho. Una obscenidad que utilizaba un conflicto bélico todavía en curso (finalizaría en 2011) para entretener gente. ¿Y lo peor de todo? Basado en la Segunda batalla de Faluya, enfrentamiento dado entre noviembre y diciembre de 2004, y considerado como un crimen de guerra y “una de las batallas urbanas más duras y sangrientas desde la guerra de Vietnam, en palabras de los propios soldados estadounidenses”, afirma Juan Rubio del medio español Vandal.
Es que claro, Estados Unidos utilizó fósforo blanco durante la invasión, un arma química prohibida por los Convenios de Ginebra por generar quemaduras, cáncer y malformaciones en todas aquellas personas que queden expuestas. En este caso, miles de civiles.
Una década después, Six Days in Fallujah revive de las cenizas de la mano de la editora Victura, empresa que trabajó en simuladores de combate para la CIA y el FBI, y del estudio Highwire Games, integrado por ex trabajadores de Halo y Destiny.
Y en el trailer de hace un par de días que les dejamos arriba, no sólo se le da voz a ex combatientes estadounidenses, que a su vez serán personajes dentro del videojuego, sino que además se habla de experimentar el conflicto desde la visión de los que estuvieron ahí. Y al final cierran con un: “El momento de la verdad”. Porque claro, la historia la escriben los que ganan.
Está claro que la polémica sobre Six Days in Fallujah no se termina acá y que esto recién empieza. ¿Están Victura y Highwire Games trabajando en un videojuego con el fin de reescribir la historia de una invasión sanguinaria y reclutando futuros soldados como hizo el Ejército norteamericano durante la pandemia con Call of Duty? ¿O simplemente estamos ante un nuevo producto surgido de mentes imperialistas por formación?
Esta es la cultura Kotaku en acción. Es verdad que Six Days in Fallujah es un proyecto, como mínimo, desagradable y se merece un titular diciendo "no tenés por qué hacerle publicidad"… pero cuando el juego lo publica Activision eligen celebrar el imperialismo más grotesco. pic.twitter.com/tLpSmBjIbM
— Ignacio Esains (@Fichinescu) March 25, 2021
Estimo que son preguntas que iremos respondiendo con el tiempo, tal vez con el lanzamiento y su explosión asegurada por simple morbo. Pero lo que sí está claro es que ahora sí lo veremos llegar al mercado.
Six Days in Fallujah esta vez promete también ponernos en la piel de civiles iraquíes, no sólo de los soldados como se vio en los trailers lanzados hasta el momento. Lo que puede llegar a ser muy interesante si coloca a los invasores del lado de los enemigos y nos entrega dos perspectivas diferentes de los acontecimientos. Aunque eso parecería ir contra la frase “el momento de la verdad” con la que cierran uno de sus dos adelantos. ¿Será una verdad que tendremos que construir los jugadores?
“Entendemos que los eventos recreados en Six Days in Fallujah son inseparables de la política. Así es como el juego da voz a una variedad de perspectivas”, dijo la gente de Victura en su cuenta oficial de Twitter. Y agregaron: “Con diversidad de experiencias y opiniones sobre la Guerra de Irak”.
Según afirman, ya tienen los testimonios de 26 civiles iraquíes y docenas de soldados y hasta preparan un documental que completará la experiencia. “Aunque no permitimos a los jugadores utilizar fósforo blanco como arma durante el gameplay, su uso sí está descrito en los segmentos del documental”, sostienen desde la editora.
Six Days in Fallujah va a salir en algún momento de este 2021 en PC y consolas todavía por confirmar. Tendrá escenarios procedurales y nos hará resolver problemas militares y civiles dentro de una guerra muy cercana en el tiempo. Estará en nosotros, jugadores, poder discernir entre lo que jugamos y lo que realmente pasó.
Victura trabajó para simuladores de la CIA y el FBI, el pasado no los favorece, por lo que todas las miradas están apuntadas a ellos y lo saben. “El gobierno estadounidense no está involucrado en el juego, y no hay planes de usarlo para reclutar. Los Marines, soldados y civiles iraquíes que nos han ayudado lo hacen como ciudadanos, el juego está siendo financiado de manera independiente”, dijeron para defenderse de las acusaciones que están recibiendo desde que lanzaron los dos trailers que pueden ver en esta nota.
Six Days in Fallujah plantará un nuevo precedente dentro de la industria de videojuegos, la más rentable del entretenimiento mundial desde hace años y en particular desde la pandemia. El cine hollywoodense siempre fue un lugar ideal para bajar línea imperialista. Los malos eran los rusos, árabes o asiáticos. Ahora puede que sean otros y que de este lado tengamos que apretar el gatillo.
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