Los lectores de revistas de papel, los que hemos coleccionado estas revistas por décadas, a menudo caemos en una actividad muy entretenida que viene de la mano de releerlas: divertirnos con sus publicidades. Muchas de ellas, símbolos de una época que se fue, nos dan una vergüenza cariñosa. Aparejado a este evento, surge ver “los precios”. Cuánto costaban los videojuegos triple A y consolas de generaciones pasadas, solo para descubrir, que siempre más o menos, costaron lo mismo.
Cálculos
En los años de paridad cambiaria, el Sega Genesis se conseguía en tiendas locales por una media de 190 pesos. Lo mismo que su valor en dólares. El Atari, en su salida en 1977, tuvo un precio de 200 dólares que en inflación actual se dispara a poco mas de 850. El doble de una consola de generación actual. La más inconseguible Mattel Intellivision costaba 30 dólares mas que la Atari y 60 mas que la mucho mas accesible Colecovision que peleaba cabeza a cabeza con la NES.
Fue con la séptima generación que los valores de las consolas comenzaron a subir. Por supuesto que hay que tener en cuenta la inflación americana. Sacando la locura del precio de una Neo Geo (en los casi 700 dólares), la PS1 aunque 100 dólares mas onerosa que un SNES, que valía 199 dólares, seguía considerándose “barata”, así como también lo fueron la N64, la PS2, la GameCube o la malograda Dreamcast.
Los valores de las consolas se han ido doblando para considerar esta inflación y la notable complejidad que han adquirido los sistemas de videojuegos.
Este fenómeno, quizás lógico, también ocurrió con los videojuegos. En 1977, el promedio del costo de compra de un videojuego de Atari era de 30 dólares. Treinta años después, ese valor era exacto del doble. Ya categorizando por videojuegos Triple A, Doble A, o indies, los del primer casillero costaban 60 dólares.
Al menos hasta que llegó la novena generación.
Inflación de los Triple A
La actual. Las empresas desarrolladoras se juntaron y se pusieron de acuerdo, los videojuegos triple A deberían costar alrededor de un 20% más. Es así que desde ya hace mas de un año, los grandes títulos salen con un valor de 70$.
Insisto, es importante entender que no somos el único país del mundo en donde existe la inflación. Es por eso que de comparar precios antiguos indexados por inflación las sorpresas pueden ser mayúsculas. Así, un videojuego promedio de Nintendo en 2023 saldría mas de 100 dólares con lo cual la conclusión de “En realidad los videojuegos actuales son muy baratos” es bastante entendible.
Sin querer meterme con análisis que hicieron terceros, también es cierto que los costos de producir un videojuego “triple A” son totalmente distintos por la cantidad de gente y recursos que involucran.
Hobbies Caros
No obstante, aunque sin duda es cada vez más caro mantener un hobby (por eso de que los precios suben por ascensor y los salarios por escalera), no es que tenemos que derramar lágrimas por los mega estudios ni mucho menos. Aunque fracasos ha habido y muchos, cuando una desarrolladora decide gastar 200 millones de dólares en la creación de un videojuego es porque más o menos ha hecho los cálculos como para saber que los va a recuperar. Cuando esto no sucedió, la industria en pleno recibió impactos fuertes. El análisis de mercado sobre este consumo ha alcanzado niveles de detalle que determinaron que hay muchas formas de reponer la inversión: microtransacciones, diferentes versiones de la entrega, cientos de comercios y programas virtuales disponibles que se hacen cargo de parte de la financiación.
Déjenme volver un poquito sobre el principio de este párrafo.
En 1980, aunque sin duda había argentinos que podían adquirir consolas y videojuegos, lo cierto es que el grueso de este hobby existía en EEUU, Japón y parte de Europa. En nuestro país para esa fecha, gran parte de la población aún tenía televisores blanco y negro que por supuesto, también costaban una pequeña fortuna. Argentina Televisora Color se oficializa durante la dictadura militar para transmitir el Mundial de 1978 al mundo pero recién empieza a transmitir contenido a color de su programación habitual en 1980.
Es decir, los avances tecnológicos si bien mundiales, no siempre son simultáneos. A mediados de los 80’s hay un pequeño boom de los videojuegos en Argentina que termina de explotar en la primera mitad de los 90’s con la convertibilidad, la llegada de las revistas especializadas, y una difusión mas amplia en general.
Esto significa que las consolas y videojuegos, en definitiva, se hacían para una proporción mucho menor de personas de un rango etario totalmente mas acotado.
Mercados Analizados
En el 2023, con mercados como China y todo el sudeste asiático disponibles, mas Latinoamérica y muchos sectores de África, el panorama es bien distinto a cuando ocurrió la primera debacle allá por 1982. Como hemos dejado en claro mas de una vez, ya son tres generaciones (Gen X, Millenials y Centennials) los que han crecido con videojuegos. Dos de ellas de forma global.
Cuando un estudio grande decide desarrollar la quinceava iteración de su caballito de batalla (llámese Call of Duty, Assassins Creed, o FIFA), ha hecho todo el trabajo de campo necesario para saber que los accionistas van a quedar contentos al final del año fiscal.
Los análisis dicen que ha habido un descenso en las ventas de videojuegos. Quizás el problema es que es un mercado súper explotado que se encareció sin un correlato salarial. Cada día, literalmente, salen centenas de videojuegos que inundan las bateas virtuales mientras las personas disponen del mismo sueldo. No era así en generaciones anteriores. Hay alrededor de 1700 juegos desarrollados para SNES. La PS2 ya tuvo casi tres veces ese número que es triplicado por los títulos con los que cuenta Steam.
Hoy es más sencillo desarrollar, las herramientas son más accesibles. También hay muchas facilidades para adquirir los conocimientos para hacerlo.
Nosotros tal vez no quedemos contentos después de pagar 25 mil pesos por un título que no nos gustó pero a consumir también, a la larga o a la corta, se aprende.
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