Aunque nunca hayas jugado Final Fantasy, podría arriesgar que te habrás topado al menos uno de sus logos, siempre en el mismo tipo de letra y una particular ilustración sin contorno en el fondo, generalmente dentro de una misma escala cromática. Ya sea a través de un retrato, algún concept art o artbooks que estuvieron pululando en internet, muchas personas que se precian de gamers saben a quien evocar cuando suena el nombre de Yoshitaka.
¿Pero qué podríamos decir en esta nota que no se convierta en una publicación de wikipedia? Empezaría por hablar de su impronta artística y contarles qué es lo que lo hace tan especial.
Los orígenes
Como todo artista japonés, Amano proviene del manga y el anime. Si bien desde joven fue un dibujante autodidacta, Tatsumoko Productions lo contrata y es a partir de entonces que empieza a especializarse en el diseño de personajes. Dentro de sus primeros trabajos se encontraban Speed Racer (Meteoro), Fuerza G y Tekkaman, entre otros. Pero el espíritu libre de Yoshitaka no pudo sostener demasiado tiempo el trabajar a pedido en obras que no le permitieran expresar sus verdaderas cualidades y, a principios de los años 80, arranca su carrera como freelance.
En ese camino de freelo, su gran acierto y la verdadera razón para ganar popularidad fue su participación en la ilustración de Vampire Hunter D, esta es la obra que lo catapulta al éxito y termina siendo seleccionado para hacer los diseños de personajes para Square, hasta finalmente terminar en Final Fantasy, un videojuego que (y no es para menos mencionarlo) era el último grito de auxilio de una empresa que estaba al borde de la quiebra. Sin embargo, Square estaba ofreciéndole a Amano algo que en general no sucedía en otras empresas: absoluta libertad para explorar sus ideas, y lo bien que hicieron, porque esta fue una de las causas de su florecimiento.
Un estilo único y fácilmente identificable
Para el ojo ligeramente acostumbrado, identificar las obras de Amano es bastante sencillo. Hay algo de etéreo en sus acuarelas, que generalmente reflejan a personajes de porte caballerezco, armaduras orladas de detalles y tramas de color minimalistas, no por eso menos atractivas.
Nada viene solo y cualquier artista tiene su influencia, para Yoshitaka, Odilon Redon, pintor simbolista francés, tuvo mucho que ver en este proceso de construcción de su estilo propio. Es por eso que las ilustraciones de Amano tienen un aire a post impresionismo, combinado con orientalismo, grabado tradicional, imágenes islámicas y budistas. Con toda esta carga artística, el pintor había logrado proyectar en sus acuarelas figuras misteriosas claramente definidas, pero con una estructura sutilmente asociable a la mitología y ambientes surrealistas muy ligados a lo onírico… a la larga, estamos hablando de una “Fantasía Final” ¿no?

Esa saga de cristales fantásticos
A finales de los 80 Amano empieza a tener participaciones en Square, aunque todavía no fuera para Final Fantasy, pero siempre bajo la norma de diseñar personajes y portadas para sus juegos. En este momento de su estilo empieza a ganar una solidez particular para su impronta, volviéndose más reconocido por explorar el género retro-pop o neo-simbolista. Es para esta misma época que también arranca a trabajar como escenógrafo de teatro escénico.
“Ahora que lo pienso, creo que soy el único que ha estado siempre durante toda la saga” comenta el ilustrador en una entrevista con Polygon. Se podría decir que Amano, en definitiva, es el eje artístico de la obra, y si bien su participación mermó un poco a partir de Final Fantasy VII, donde el diseño de personajes estuvo a cargo de Testuya Nomura, las ilustraciones de los logos y los concepts para artbooks basados en los originales siguieron estando bajo su decisión.
Otras obras
El éxito de Amano no se extiende exclusivamente a videojuegos y anime. De sus más grandes participaciones se destacan haber ilustrado una historia especial sobre Sandman en el 2000 junto a Neil Gaiman, Elektra and Wolverine junto a Greg Rucka en 2002, varias tapas de la banda de power metal japonés Galneryus, una re-edición moderna del libro de La Flauta Mágica de Mozart y también otros videojuegos en donde se animó a modificar ligeramente su estilo, como Child of Light.
Estas no son las únicas pero se puede decir que son de las más importantes a tomar en cuenta. Lo particular de todas ellas es que, aunque siempre manteniendo un estilo inconfundible en su trazo, Yoshitaka se encarga de hacer que cada una de ellas tenga algo diferente “Sigo siempre en la búsqueda de un estilo”, cuenta en este documental.
Influencias
¿De dónde vienen los rasgos distintivos de las obras de Amano? ¿Con qué estilos podemos compararlo? No es fácil encontrar una sola influencia preponderante, porque su obra es ecléctica y sincrética, esto significa que incorpora no sólo influencias de diferentes artistas, sino también de estilos de varias épocas de la historia del arte y también están presentes otros de sus grandes gustos como las obras de Disney, Batman de Neil Adams y la fantasía de caballeros occidental en general.
Si tuvieramos que destacar las más importantes de todas ellas, según el propio Amano, están los canones davincesos, especialmente para sus retratos en carbonilla y los perfiles bien estructurados.
También el Art Nouveau del modernismo, con la presencia de elementos de la naturaleza, enfatizando sus líneas rebeldes, su estilo decorativo muchas veces con una ornamentación excesiva.

Pero no toda la obra de Amano está basada en lo occidental, no se olvida de sus raíces y eso queda claro en sus materiales que utilizan la propuesta de la pintura tradicional japonesa, la cual se enfoca más en el movimiento que en el hiper realismo (por ejemplo, proyectar en una pintura los objetos volando por el viento, o las personas en acción) pero también por las vestimentas clásicas de algunos personajes.
Yoshitaka Amano, de todas formas, nunca se ha quedado con un estilo exclusivamente, también ha tomado en diversas ocasiones elementos de Andy Warhol, Joan Miró y León Bask, entre otros. Toda su obra es capaz de mostrar gente delicada y angelical, mundos de fantasía como los cuentos de hadas, pero también monstruos dignos de una pesadilla dantesca y hasta bichitos simpáticos que siempre van a quedar en nuestros corazones.
¿Ustedes ya conocían la obra de Amano? ¿Cuál es su favorita?
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