En abril de este mismo año se lanzó en Uruguay la historieta (o comic) Artigas, el patriota sin Patria. Un relato protagonizado por Joaquín, uno de los esclavos africanos de la ilustre familia del país hermano, y uno de los denominados 33 orientales. Aquellos hombres que tanto tuvieron que ver con la independencia uruguaya.
Y como la historia de nuestros países está tan vinculada, Gonzalo Eyherabide no se quería quedar con las ganas de estrenar su obra en la Argentina. Por lo que Plante Comic tomó nota y decidió editarla y presentarla en Buenos Aires, posibilidad ideal para lograr una entrevista como la van a leer a continuación.
Gonzalo Eyherabide es escritor, historietista, humorista y publicista uruguayo, y durante la pandemia descubrió la existencia de Joaquín Artigas, un desconocido integrante de los 33 orientales. ¿Por qué la historia lo corrió bajo la alfombra? ¿Fue su carácter de esclavo de una de las familias más ilustres de Latinoamérica? ¿Cómo era el día a días de personas como Joaquín a finales del siglo XVIII y principios del XIX?
Artigas, el patriota sin Patria, prologado nada menos que por Felipe Pigna, nos responde esas y muchas otras preguntas de una época poco conocida por millones de habitantes, pero fundamentales para comprender el presente. Y de ahí el valor de poder charlar con su autor, ya no sólo sobre su obra, sino sobre la infinidad de temas que la atraviesan.
«La esclavitud fue la primera multinacional«, afirma Eyherabide como tesis eje de su historieta. «En el siglo XIX se dio lo que se llamo Mundialización, una organización gigantesca, masiva y orquestada que velaba porque los barcos fueran siempre cargados mediante un negocio triangular: salían de Río de la Plata con cueros, en Europa se cargaban de armas, alcohol y un tabaco que amaban los esclavos y, en África, africanos esclavizaban otros africanos de tierra adentro para venderlos a esos barcos».
De esa forma llegó Joaquín (nombre uruguayo), según los pocos registros oficiales que se ocuparon de su existencia. Desembarcó en Uruguay contra su voluntad, para servirle a familias dueñas de tierras a miles a kilómetros de sus seres queridos. Siempre como parte de un entramado que, según Marx, fue la inyección primigenia de capital que se necesitó para pasar del feudalismo al capitalismo.
«Tengo una postura muy materialista de la esclavitud, creo la economía es la que marca todo. De ahí que adhiero a la máxima que afirma que lo que terminó con la esclavitud fue la máquina a vapor. El momento en que las máquinas reemplazaron a los afros», desarrolla el autor de Artigas, el patriota sin Patria.
Esta se trata de la primera historieta histórica en la que se involucra Eyherabide, por lo que el rigor y trabajo invertido fue muy profundo, según afirma. Y leyendo sus páginas se nota al instante.
«En el pasado buscamos elementos para entender la vida presente y futura. Y es interesante ver que, en esencia, muchas características se siguen repitiendo. Nos auto-explotamos creyendo que nos estamos realizando, gente que hace delivery se percibe emprendedora a pesar de no tener derechos ni nada que los proteja… Ya no hay latigazos, pero si es la esclavitud la que formó al capitalismo, es lógico identificar señales deshumanizantes que permanecen. Esa es la epifanía que me dio fuerzas para hacer Artigas«, detalla el también humorista.
Todo surgió en el encierro pandémico, un día en el que revisando la lista de los 33 orientales, encontró a un segundo Artigas que desconocía. Por lo que decidió investigarlo y sólo encontró una página y media en el libro «Los libertadores de 1825», escrito en 1976 por Aníbal Barriopintos.
«Es un libro muy valiente, no sólo por estar hecho en dictadura, sino por no apegarse al relato oficial. Y dedica un capítulo a cada uno de los 33 orientales, divididos por nacionalidades. Argentinos, paraguayos y dos africanos: Dionisio Oribe y Joaquín Artigas, oriundo de Mozambique, esclavo de la familia Artigas y casado en Minas en 1818 con María, también esclava de la familia«, nos cuenta Gonzalo con lujo de detalles.
Esa página y media es todo lo que hay de él en la historia uruguaya, y es el punto de partida para la obra que hoy nos trae por estas páginas. Una que recrea una época oficialmente vanagloriada, pero repleta de sombras fundamentales para entender nuestro presente.
Estamos ante un contexto en el que, según estadísticas oficiales, Buenos Aires tenía un tercio de su población afro. Números que, mirando para los costados, hoy impresionan. ¿Dónde están esos hijos de africanos? Uruguay y Brasil mantienen números altos de población afrodescendiente, pero en Argentina el porcentaje es casi anecdótico.
¿Los motivos? Nuestros antepasados los usaron como carne de cañón en guerras. Mandar a «sus hijos» era mandar a sus esclavos. Entre eso y el aluvión de europeos de finales del siglo XIX y principios del XX, llegamos a los resultados de nuestra sociedad actual.
El autor de Artigas, el patriota sin Patria, profundiza en esta situación y afirma: «Por eso la bandera de los 33 Orientales decía Libertad o Muerte, un eslogan ideado para que los esclavos se alisten. Porque si ganaban quedaban libres«.
Si bien estamos ante una obra de naturaleza rebelde, que elige meterse con una familia casi intocable, la verdad es que se elige retratarla de costado. Poniendo adrede en el centro de la escena a Joaquín, un esclavo sumamente desconocido por el uruguayo promedio. Y ni que hablar por los latinoamericanos.
«La familia Artigas era la oligarquía de la época, vinculada con el primer militar español afincado en Montevideo, luego gobernador. Por eso Artigas fue el Jefe de los Orientales. En la escuela te pintan eso como un acto democrático, pero en realidad fue un poder más vinculado a un Estado monárquico», reflexiona Eyherabide. Y agrega: «Mi obra es la historia de un esclavo en ese contexto».
Historietas como estas son la prueba de la necesidad del Latinoamericano d
e contar sus propias vivencias, tal como también se observa en el mundo de los videojuegos, la especialidad de este medio. Y por eso aprovechamos para hacer un paralelismo entre Artigas, el patriota sin Patria y algunos títulos nacionales que también intentan rescatar nuestra historia.
Los Infernales, basado en el ejército de Güemes; o Valerosa, inspirado en mujeres relevantes de nuestra vida política y social, son solo algunos de los ejemplos que le mencionamos a Eyherabide. Lo que le inspiró un deseo lógico: «Me encantaría que se haga un videojuego sobre mi obra«.
Y la verdad que lo creemos super posible, más conociendo el talento que hay en la industria uruguaya y argentina de videojuegos. Teléfono para el Río de la Plata.
«En Montevideo Comic (donde se plantó la semilla de Women in Games Uruguay) se hizo la primera lectura teatral de esta historieta y quedé como loco. ¡Hagamos un videojuego ahora! ¿Por qué no?», sostiene el autor super entusiasmado.
Artigas, el patriota sin Patria agotó su primera edición en Uruguay en tan solo tres meses, algo que no sucedía desde hacía muchos años en el país vecino. Y actualmente ya se puede conseguir en todas las librerías del país gracias a Planeta Comic Argentina.
Hoy nos acompaña Gonzalo Eyherabide, autor de “Artigas, el patriota sin patria", una historieta histórica sobre Joaquín Artigas, el esclavo traído de Mozambique perteneciente a la familia Artigas que formó parte del desembarco de los 33 orientales. https://t.co/Bi3u8ywhA7 pic.twitter.com/iq8HggH05B
— Felipe Pigna (@FelipePigna) November 12, 2023
La obra, super alimentada por el arte de Asterix o los dibujos de Fontanarrosa, nos propone trasladarnos al revolucionario siglo XIX mediante personajes aberrantes, extraños y caricaturescos. Y detrás tiene un estudio histórico social y político apabullante. Por lo que, desde Press Over no podemos más que recomendarla.
Es verdad, no estaremos ante un videojuego, tema habitual dentro de este medio. Pero sí ante una obra latinoamericana que intenta retratar nuestro pasado para entender aun mejor nuestro presente. Y, por qué no, también nuestro futuro.