A contrapelo de la excitación y el estímulo exagerado, los point and click son videojuegos cuyo compás se yergue pausado y no suelen exponer a los jugadores ante situaciones en las que haya que pelar habilidades de Leo Messi o reflejos de guepardo sino, más bien, al contrario: promueven encontrar soluciones desde la imaginación y el ingenio. Y en ese sentido, el catalán The Legend of Skye sobresale como uno de los mejores point and click de la temporada.
“Es un género que te permite contar buenas historias, es un libro abierto donde el jugador va a ser el protagonista de esta aventura”, dice Carles Moya, responsable del The Legend of Skye, una aventura gráfica con reminiscencias noventosas.
Su historia en una línea: Skye, una joven druida, debe salvar el bosque del Rey Finn y de su hechicero Malgrim, quienes buscan sustituir a los árboles por un parque de atracciones.
Inspirada en The Secret of Monkey Island, Simon the Sorcerer y Loom, la creación de Moya lo tuvo encerrado durante unos 7 meses trabajando día y noche, dedicándole todas las horas de la semana. “Luego, bueno, se tendrían que añadir un par de meses más para traducciones, publicaciones en las tiendas y demás”, cuenta.
Un viaje nostálgico
Con menos de dos meses desde su publicación, el The Legend of Skye ya mejoró las estadísticas de The Castle, su anterior videojuego. La prensa especializada viene mimándolo e, incluso, la mayoría de los medios y especialistas coinciden en que sus puzles son “desafiantes pero bastante justos para el jugador”.
Estamos delante de un juego “como los de antes” y huele a aquellas clásicas aventuras gráficas de hace 30 años.
Por caso, The Legend of Skye tiene el humor, el estilo gráfico y el tipo de puzles de las aventuras de Lucas Arts, la empresa productora de videojuegos de Lucasfilms, de George Lucas, responsables del Monkey Island y del Maniac Mansion. Y, además, bebe del cuenco del King’s Quest, de Sierra, fundamentalmente en su aproximación al mundo de fantasía medieval donde cualquier cosa es posible.
“Creo que su punto fuerte son los ingeniosos puzles y sus diálogos divertidos. Los jugadores van a reírse mucho en algunas escenas pero también pasarán algunas noches sin dormir dándole vueltas a algún puzle”, confiesa Moya.
El hit indie que inspiró a The Legend of Skye
Su anterior trabajo, The Castle, tuvo un recibimiento muy positivo y llegó a vender unas 3000 copias. Y fue por ese envión que Moya se decidió por seguir haciendo aventuras point and click.
Dice: “Si no fuera por el éxito de The Castle, ahora no habría hecho The Legend of Skye. Creo que The Castle gustó mucho porque la gente tenía ganas de otro Maniac Mansion, y creo que hay muy pocos juegos así. The Castle es un juego donde puedes elegir con qué personajes lo vas a jugar, puedes resolver los puzles de distintas formas, tus personajes pueden morir o ser encarcelados y además tiene hasta cinco finales. Hay muy pocas aventuras gráficas con estas características”.
El cambio de rumbo
En la actualidad, este joven talento con estudios académicos de física y una formación autodidacta como desarrollador de videojuegos, está echándole cabeza al Mesketet, una nueva aventura gráfica ambientada en Egipto que se encuentra en fase inicial de desarrollo.
“Justo estoy terminando todo el guión del juego y acabando de configurar el motor para crear el resto de la aventura. Va a ser muy diferente a The Legend of Skye: será un thriller y no una comedia. Tendrá un aspecto e interfaz más moderno, más acorde a los tiempos actuales. Y sobre todo, tendrá el foco en el argumento, los puzles no tendrán tanto peso en esta aventura”.
Moya vive obsesionado con sus proyectos y, desde que se dedica profesionalmente a los videojuegos, está intentando encontrarle la vuelta para no hacer otra cosa. Antiguamente había trabajado en una empresa de software y hasta tuvo un paso como profesor de matemáticas y física. Ahora, aunque sabe que es difícil, no quiere tomar otro empleo: “Cuando algo me apasiona no me importa no desconectar nunca”.
Y las palabras que salen de su boca recuerdan a las de Phil Fish, el creador del Fez, en el documental Indie Game: The Movie: “No es sólo un juego. Estoy estrechamente unido a él. Ésta es mi identidad, es Fez. Si esto falla, estoy acabado”.
Nuevos proyectos, objetivos y legados
Con sus días tomados por Mesketet, Moya también sueña con otro videojuego junto a otro desarrollador independiente. “Aún no es seguro que se lleve a cabo, pero le estamos dando vueltas a la idea”, reconoce. Sin embargo, aquí, ahora, disfruta las mieles del The Legend of Skye y lo que busca es “arrancarle a los jugadores una sonrisa durante muchos momentos del juego”.
Eso, digamos, para empezar: “The Legend of Skye es una comedia y se trata de un juego divertido para pasar un buen rato. Pero, asimismo, es un juego de puzles desafiantes, así que también pretendo que los jugadores tengan que pensar un poco y luego consigan esa sensación tan gratificante cuando han resuelto por ellos mismos uno de los puzles. Todos los que hemos jugado a aventuras gráficas sabemos a qué nos referimos”.