Bienvenidos a VideoJueves, mi columna de juegos chiquitos, independientes y casi siempre gratuitos. Este es el mes de la primavera y del estudiante, y por eso va a estar dedicado a esos títulos que nos dejan jugar de a dos desde un mismo celular.
Esta semana es el turno de uno super artísticos como me gustan a mí, pero no por eso con menos acción.
Badland es, a priori, un Flappy Bird glorificado. Usa esa mecánica simple de una pantalla con auto-scroll y un bichito que se eleva un poco cuando hacemos tap en la pantalla. Mecánica que el juego sabe exprimir para crear muchísimos niveles.
Porque claro, no es sólo hacer tap para no chocarse con las cosas. La mayoría de los elementos del paisaje tienen física y reaccionan a nuestros empujones. Pueden caerse, romperse y hasta ceder ante nuestro peso.
También hay muchas cosas que buscan hacernos daño adrede, como sierras eléctricas gigantes y demás pinchos igual de puntiagudos y mortíferos. ¡Pero no termina ahí! Hay una serie de orbes luminosas que al tocarlas, nos van alterar al bichito, haciéndolo más grande para empujar cosas, más pequeño para pasar por lugares estrechos y, sobre todo, multiplicarlo.
Badland pretende que no sólo manejemos nuestro bichito negro a través de escenarios super peligrosos, sino que comandemos una horda de bichitos peluditos aleteando todos juntos como un enjambre, listos para morir contra algún pinche. Igual tranqui. Que mientras llegue uno vivo al final de nivel, habremos ganado.
Como pueden ver, el juego además de ser super divertido, es hermoso. Nuestro personaje, así como todos los elementos del entorno, son siluetas negras sobre un fondo bellísimamente pintado con paletas limitadas de colores. Los paisajes del fondo recuerdan a Rayman u Ori and the Blind Forest. Ese nivel de belleza. Y cómo sólo nos concentramos en las siluetas negras, toda la información importante se distingue muy eficazmente.
En cuándo al audio, más que elogiar la música como otras veces, destaco el diseño de sonido. Badland no tiene música, sino unos pocos ambientes sonoros. Pájaros cantando en la distancia, insectos haciendo sus ruiditos, y algunos sonidos atmosféricos para causar distintas emociones. Al principio todo es calma, y conforme vayamos avanzando, esa atmósfera es cada vez más escalofriante. Todo esto complementado con los sonidos propios del gameplay, muy expresivos y simpáticos (excepto las sierras gigantes y eso).
Ahora bien, ¿por qué está seleccionado este mes, además de ser un juego genial y haber ganado un premio de Apple a Juego del Año? Resulta que se puede jugar hasta con cuatro jugadores en simultáneo en el mismo dispositivo, cada uno haciendo tap en su porción asignada de pantalla. Y esta, la verdad, me parece la mejor manera de jugar.
Badland en solitario es divertido, emocionante, frustrante de a ratos, jugándolo cooperativamente puede volverse una aventura increíble donde se fortalezcan los lazos con la (o las) persona que nos acompaña. Le da un toque épico compartir la hazaña, avanzar juntos, dividirse los caminos y muchas veces sacrificarse para abrirle el camino al otro, sabiendo que con sólo uno que llegue a la meta, ganan todos.
Una experiencia compartida hermosa que les recomiendo a todos para que compartan con sus seres queridos! Pueden descargarlo gratis en Google Play y aletear juntos hasta el próximo VideoJueves.