Bienvenidos a otra semana de VideoJueves, la columna en la que les recomiendo juegos chiquitos, independientes, casi siempre gratuitos y con diferentes temáticas mensuales.
Este mes homenajeamos a Pugliese, el mítico músico argentino elegido como ángel protector del escenario. Por eso es un julio cargado de recomendaciones musicales. ¿Hoy? Un juego educativo.
Aprender música es como aprender otro idioma. La música tiene una narrativa, una gramática y una matemática detrás que ordenan los elementos. Cuando se aprende una nueva lengua, al principio se escucha una masa de sonidos indistinguible, y si no usa el alfabeto latino, también se ven un montón de símbolos extraños. A medida que se aprende, se reconocen sonidos, se distinguen formas en la escritura.
Si nunca viste una partitura en tu vida, al abrir Corbeaux te vas a encontrar con un montón de cuervos pixelados graznando sobre unos cables de luz. Pero si estudiaste música alguna vez, no vas a poder evitar leer una secuencia de notas: Mi-Sol-Mi (asumiendo que el poste de luz es una clave de sol).
En lo que consiste este pequeño juego es en repetir las pequeñas melodías que escuchamos cuando apretamos el botoncito de “play”. ¿Cómo las repetimos? Molestando a los cuervos para hacerlos volar de cable en cable, armando la secuencia de notas del ejemplo. Para los músicos más duchos va a ser una papa, pero los que no tengan tanta formación académica pueden aprovechar para practicar sus skills de audio-perceptiva con un juego más divertido que aplaudir Pozzoli o tocar los arpegios de Sagreras.
Y para vos lector o lectora que nunca viste una partitura en tu vida, ¡a no temer! Vamos a explicar un poquito. Cada cable representa una línea del pentagrama. Las notas se van volviendo más agudas cuanto más arriba. Y más graves hacia abajo. Los cuervos pueden pararse sobre los cables u ocupar los espacios. Las escalas (conjunto de sonidos ordenados) se arman así: línea, espacio, línea, espacio… algo así:
La mejor manera de jugar este juego es cantando las melodías. Cantar la melodía del ejemplo y luego la que arman nuestros pájaros graznadores. Cantando es mucho más fácil distinguir las cosas erradas y las diferencias de alturas. Lo más importante es distinguir si la melodía sube (se hace más aguda) o baja (se hace más grave).
Los tiempos también importan! Si los pájaros están más separados horizontalmente las notas también van a sonar más espaciadas en el tiempo. (Esto no se escribe así en las partituras, pero seguramente se hubiese vuelto muy difícil al incluir figuras rítmicas).
Ojalá este juego les guste, pueden pasar a descargarlo gratis por acá. Y si se quedan super manijas de los juegos para aprender música, pueden darse una vuelta por la que considero la mejor página de ejercicios para practicar. Nos vemos la semana que viene, y mientras ¡canten sus escalas y arpegios!.