Dos juegos conectados. Dos juegos que no tienen nada que ver el uno con el otro, y a la vez lo tienen todo. Y a su vez, dos juegos que tienen dentro dos juegos. La nota de hoy es muy fractal, sí. Les invito a que me sigan adentro de un mundo adentro de otro mundo.
Los dos juegos de hoy tienen una mecánica similar. Son dos ventanas separadas, pero una de ellas contiene un “mundo madre”, y la otra, el interior de esos mundos. Y lo que hagamos en cada uno va a afectar al otro, claro.
El más nuevo («Mer, tiene 9 años ya») es HopSlide, del australiano Daniel Linssen, uno de mis diseñadores favoritos desde qué sé que existen los juegos indies.
Cuando nos bajamos su videojuegos, en realidad vamos a encontrar dos en la carpeta. Que, a priori, no tienen nada que ver. Uno se llama Hop, el otro Slide. En uno corremos y saltamos, en el otro deslizamos bloques al estilo Klotski. El hecho de que haya habitaciones de colores en uno, y bloques de esos colores en el otro, no tiene naaaada que ver…
HopSlide es el típico juego de puzzles con más de un secreto dando vueltas, y de esos donde te sentís muy inteligente al descifrarlos. Personalmente, los mundos paralelos me vuelven loca desde que jugué Soul Reaver a eso de los 10 u 11 años, así que la idea de poder cambiar a dónde te lleva cada puerta según lo que hagas en otro juego es totalmente fascinante.
Igualmente, antes que ese vino el de Terry Cavanagh (Super Hexagon, VVVVVV). Este irlandés diseñó At a Distance en 2011 para la exposición No Quarter, de la Universidad de Nueva York. Sí, el mismo evento para el que, 11 años más tarde, el estudio argentino Videogamo diseñaría Gol-E-Gol, el metegol digital del que nos contaron en el podcast Early Access.
Pero por mucho que amo el trabajo de Linssen, hay algo que tiene At a Distance que HopSlide no, y por eso lo prefiero.
At a Distance es para dos jugadores en dos PCs separadas, con una conexión muy interesante entre jugadores. Porque quien coloca los bloques, nunca llega a experimentar los mundos que crea para su par. O sea, quien explora los mundos tiene que confiar ciegamente en la otra persona.
At a Distance es aún más críptico que HopSlide, pero sigue una lógica similar. Sólo que en este, ambas personas juegan a algo bastante parecido, con desafíos de exploración y plataformeo 3D. Pero claro, hay mundos que una de ellas sólo va a ver desde afuera, y la otra sólo desde adentro, pudiendo a la vez conseguir ítems para la primera (NdE: un quilombo).
Y tiene un final, de hecho más de uno. Podemos solamente llegar al final, ante lo cual ambas pantallas se van a poner de un color pleno y eso es todo. O podemos llegar resolviendo de varias maneras un último puzzle, y entonces uno de los jugadores podrá explorar mundos ya visitados pero con un nuevo toque… pudiendo recomponer la historia de alguien en ese proceso.
Una historia que puede contarse de varias maneras. Y ahora me callo, así se sorprenden ustedes.
Ambos juegos son para descargar gratuitamente. Son viejitos, pero son esas joyas que pueden pasar desapercibidas y vale la pena traer a la mesa de nuevo.
Es díficil medir el largo de un juego de puzzles, pero son breves. Quizás entre media hora y dos, depende qué tanto renieguen. Y lo pueden volver a jugar cómo hicimos David Marchand y yo, para ver otros finales.
Lo mejor de todo es que no tienen texto, por lo que que no hay barrera idiomática. Sólo hay texto en la página de Itchio de Linssen, donde pueden encontrar pistas si se quedan trabados. Pasen a buscar HopSlide por acá, y At a Distance por este otro lado. Y ojalá conecten los pasajes y tracen sus propios caminos.