Uno de los problemas de trabajar como game designer es que a veces tenés muy poco tiempo para jugar cosas. Estás todo el tiempo haciendo juegos, por lo que tenés pocas oportunidades de sentarte a disfrutarlos. Pero una de las ventajas de trabajar como game designer es poder probar los juegos de los colegas antes de tiempo (a veces, cuando aún están muy verdes) y poder discutirlos con ellos. Y ese es el caso de Leap Year.
Lectores atentos quizás recuerden que ya cubrí un título llamado Leap Year el año pasado (además de incontables juegos del mismo autor australiano Daniel Linssen). Pero resulta que así como Leap Year («Saltaño», como lo apodó un amigo) celebraba el día extra de Febrero durante el año bisiesto, Leap Year: March es sobre el mes de marzo, que está por terminar.
LEAP YEAR: MARCH is now available, for players who have beaten Leap Year and want an even greater challengeSteam: store.steampowered.com/app/3458170/…Itch: managore.itch.io/leap-year-ma…
— Daniel Linssen (@managore.bsky.social) 2025-02-28T16:31:16.172Z
Leap Year, decía antes, es un plataformero estilo MetroidBRAINia, ese nuevo tipo de metroidvanias donde no tenés power ups sino que vas aprendiendo a hacer cosas nuevas con las cosas que siempre tuviste a mano. Como Outer Wilds o Tunic.
Ahora bien, Leap Year: March no tiene “poderes” nuevos (o mejor dicho, “revelaciones”). Está pensado para gente que ya jugó el título original y se quedó con ganas de más. Usás el mismo set de habilidades que aprendiste a usar el año pasado, pero en un montón de ambientes nuevos.
Así como había dicho que Leap Year era el Outer Wilds de los plataformeros, siento que Linssen fue con toda a hacer la gran Outer Wilds haciendo un DLC que es más largo que el juego original (así como Echoes of the Eye es casi como un juego entero nuevo).
March es, de hecho, bastante más largo que el juego base. El primero se podía pasar en un promedio de 2 o 3 horas, mientras que March toma cerca de 4 o 5.
El mapa es más grande y los niveles son considerablemente más difíciles. Ya no hay tutoriales ni momentos de aprender nada, ya hiciste todo eso en el Leap Year original. Acá vas derecho al quilombo, a darte de lleno contra puzzles super complejos. Algunos de los cuales me hicieron renegar muchísimo, a tal punto que cuando conseguí pasarlos, Linssen y yo gritamos de alegría en una call con 14 horas de diferencia.
En la primera entrega de este título, los niveles estaban pensados para restringirte el movimiento y evitar que descubras habilidades antes de tiempo. Lo que hacía que, al descubrir una, fuese bastante claro que de repente todos los desafíos siguientes fuesen a tener ese truquito como protagonista (cosa muy común en el género metroidvania). Y es lo que hace que muchas segundas partes necesiten quitarte mágicamente todos los poderes por algún motivo conveniente de la trama, como es el caso de Ori WIWI (Will of the Wisps), Soul Reaver 2 o Steamworld Dig 2.
Leap Year: March va por el camino contrario, diciéndote: “Ya aprendiste todo eso, ahora usalo más todavía”. Eso solo ya agrega una dificultad extra, porque ya desde el principio sentimos que podrían haber mil maneras de resolver cada cosa. La contraparte es que nos sentimos super poderosas desde el principio.
En este caso también está todo el escenario super hecho a mano, tanto en la posición de cada plataforma y pincho individual para guiar y detener el recorrido, así como todos los adornos y decoraciones. Tanto las que sirven para orientarnos como las que sólo hacen respirar este mundo, que, dicho sea de paso, se siente mucho más vivo que el de la entrega original.
Hay muchas más cosas pasando y todo se siente más interconectado. Y de nuevo, todo el mapa es una sola gran imagen dibujada a mano alzada en Aseprite. Una locura hermosa. Porque Linssen además de diseñar y programar gameplay increíble y super astuto, hace todos los gráficos y compuso toda la música. Un verdadero artista.
Tuve unas cuantas revelaciones jugando que no les puedo contar porque les arruinaría la experiencia. Pero sepan que March depara un montón de sorpresas y así como en Tunic, toda la recta final vale cada minuto de juego.
Pueden ir a comprarlo en Steam por solo 2,5 dólares. Y así como en el Leap Year original, todo lo que lean en castellano fue traducido por quien les habla.