Bienvenidos una vez más a Videojueves, esa sección donde todas las semanas les recomiendo juegos chiquitos y gratuitos con temática mensual.
El año se termina, ya pasó navidad, sólo queda juntarse para año nuevo y ya está. Este mes se centra en todas esas charlas reflexivas que tenemos con nuestros seres queridos y con nosotros mismos mientras cerramos un ciclo alrededor del sol.
A todos nos ha pasado. Todos nos quedamos con amigos mirando el cielo, preguntándonos qué habrá más allá de las estrellas, y si en verdad estamos tan solos como pensamos.
Friary Road surge de una jam sobre la paradoja de Fermi, que se opone a la idea de que probabilísticamente debería haber otras civilizaciones inteligentes en la vastedad del espacio, pero por algún motivo no las hemos encontrado. Y de ahí surgen una serie de hipótesis de por qué esto podría suceder.
Lejos de plantear naves espaciales o encuentros del tercer tipo, Friary Road nos pone en la piel de dos amigos que se quedaron mirando las estrellas cuando ya el asado terminó y todos los demás invitados se fueron. Dos jóvenes lejos de casa, hablando sobre la vida adulta que les espera, sobre la enorme carga de tener que decidir qué quieren hacer, o quiénes quieren ser, tocando temas como la búsqueda de la vocación y la identidad de género.
Y entonces claro, las estrellas, imaginar constelaciones, imaginar si habrá alguien viviendo en la distancia. Aquí es cuando el juego plantea su propia hipótesis. Dos personas sentadas mirando las estrellas, sintiéndose solos y logrando crear un lazo a partir de falta, de las inquietudes e inseguridades que los aquejan a cada uno. ¿No es una escena común a todos los humanos? En todas las épocas y en todos los países, esta es una escena que se repite. Me pasó a mí, a mis amigos, a mis familiares, y seguro a los de ustedes también. (NdE: ¿Y Mufasa con Simba?)
Este juego transcurre en Inglaterra en 2016, pero a mí me sucedió en el sur de Rosario en el 2007, y podría pasar en casi cualquier situación. Siempre y cuando haya alguna estrella para mirar.
Entonces, ¿no estarán los aliens también mirando a sus estrellas, sintiéndose solos y preguntándose qué habrá allá (acá) afuera?
Están invitados a pasar, a hacerse preguntas mientras las brasas aún ardan. Y si les gustó, pueden estar atentos a cuándo salga su continuación. Nos vemos el año que viene!