Bienvenidos una vez más a Videojueves, esa sección donde todas las semanas les recomiendo juegos chiquitos y gratuitos con temática mensual. Este mes de noviembre, lleno de exámenes y eventos, tocan los plataformeros.
Puzzles, pixelart, hermosa paleta de colores y plataformas. ¿Qué más se puede pedir?
El título de hoy surge de una jam con un tema cuanto menos interesante: “morir es bueno”. Generalmente los juegos nos piden que escapemos de la muerte todo el tiempo. Y cuando no lo hacemos nos ofrecen revivir. En Purifire, en cambio, a la muerte se la usa como mecánica para avanzar y como meta final.
El protagonista de esta historia está atrapado en un mundo abandonado donde no puede vivir ni morir del todo. Mientras el personaje narra su monólogo con una oración por nivel, va a intentar suicidarse repetidas veces sólo para seguir reencarnando infinitamente.
El objetivo de cada nivel es llegar hasta una fogata para que el fuego nos consuma, sólo para volver a aparecer en otro nivel y repetir el proceso.
Más adelante aparece una mecánica nueva, suicidarnos para convertirnos en fantasma y alternar con los estados físico para avanzar. Porque recordemos que además de ser un plataformero, es un juego de puzzles. Así que cada nivel irá introduciendo mecánicas nuevas y desafíos combinados cada vez más complejos.
Viendo la trama de Purifire no puedo evitar pensar en Wreck It Ralph de Disney. ¿Cómo sería estar atrapado en un arcade abandonado y no poder salir porque cada vez que morimos reespawneamos en algún Checkpoint?
El juego definitivamente alimenta esta fantasía entre reflexiva, angustiosa y melancólica. Con textos que van acompañando la aventura, gráficos muy sintéticos y con una paleta de colores reducida, y la ausencia total de música, con sólo sonidos ambientales.
Purifire es pasar menos de una hora saltando, disparando y tratando de descifrar cómo los caminos desde y hacia la muerte pueden ayudarnos a avanzar. ¿No me digan que no están muestros de ganas de jugarlo?