Bienvenidos a VideoJueves, mi columna de juegos chiquitos, independientes y casi siempre gratuitos.
Durante octubre se hace la Crack Bang Boom, el festival internacional de historietas más grande de Latinoamérica. Y transcurre acá en Rosario (NdE: Mer siempre estuvo cerca), a la vuelta de mi casa. Por eso este mes elegí hablar de cómics interactivos.
Para arrancar…. The Empty Kingdom. Una pequeña obra minimalista, sin diálogos y sin música que nos cuenta más con lo que no tiene que con lo que sí.
Un reino desolado. Un rey que deambula por tierras vacías, lleno de elementos mágicos pero nadie contra quién medirse, o con quien compartir. ¿Qué es lo que habrá sucedido para que todos los súbditos hayan desaparecido de las tierras del reino?
En narrativa, cuando una historia empieza en medio del conflicto, se dice que empieza “in media res”. En este caso, pareciera que el conflicto pasó hace tiempo, y llegamos tarde a verlo. Casi como un “in post res”, si me dejan inventar términos.
Sin embargo, en The Empty Kingdom hay pistas para intentar imaginar algo más. Una historia más profunda que subyace entre las escenas de la obra.
El final, paradójicamente, está al comienzo. Una pantalla de inicio se abre ante nosotros mostrándonos el título del juego y algo más. Dos mensajes a los lados, fundamentales para entender la historia: “Agradecemos a todos los jugadores, pero ya no podemos continuar”, “recuerden que los servidores cierran esta medianoche”.
Con lo cual vemos que no es una historia mítica de cuentos de hadas. Es una historia de la modernidad. Un juego online que cierra sus puertas, dejando tras de sí un mundo vacío de usuarios. Y un último jugador (¿o quizás el creador del juego? ¿será eso lo que simboliza la corona?) que busca despedirse de las tierras donde tantas aventuras vivió, y quizás, buscar una última.
The Empty Kingdom, sin embargo, no tiene la forma de un MMORPG. Es un cómic, donde podremos ir llevando al rey de viñeta en viñeta, pasando las páginas hacia un lado y hacia el otro, yendo y viniendo por los espacios vacíos, cambiando ligeramente algunas cosas. Haciendo avanzar una historia que ya no tiene (o al menos eso nos quiere hacer creer) más nada para contar.
Más allá del mensaje del inicio, en el juego no hay texto. Tampoco hay música, sino sonidos ambientales que nos hacen sentir que no todo está tan muerto. El personaje tampoco tiene cara, podría ser cualquiera.
El Tao es una corriente filosófica que hace una oda al vacío. Nos hace tomar noción de que la ausencia de contenido es necesaria para la creación de cosas nuevas. El vaso cumple su función gracias al espacio vacío que crean sus paredes. La casa sólo es un hogar gracias a que es un hueco habitable. “El silencio desde donde la música es posible” en palabras de Cortázar.
The Empty Kingdom, de Daniel Merlin Goodbrey, refuerza su narrativa jugando con esta idea del vacío significativo. Que puede, quizás, llenarse con alguna última experiencia. Y es eso lo que vamos a buscar.
Pueden pasar a jugarlo gratis por acá. Aunque los puzzles se pueden resolver en unos 3 minutos, los amantes de los juegos contemplativos quizás se pierdan unos minutos más en los últimos momentos de este servidor. Nos vemos la semana que viene.