En Occidente, China siempre es novedad por noticias un tanto polémicas, por lo menos para nuestra cultura. Sin ir más lejos, en las últimas semanas los portales y canales de información nos inmiscuyeron en un transe extraterrestre que terminó involucrando a satélites espías y otros tantos problemas del futuro que ya llegó.
Tal es el así con el futuro y otras hierbas que, tras un año y medio de luchar contra el consumo de videojuegos en menores de 16 años, el gobierno de la potencia asiática empezó a coquetear con la idea de profundizar la situación implementando reconocimiento facial. O por lo menos eso recoge Games Industry en una de sus últimas notas.
Resulta que entre el lunes y martes de esta semana, la Asociación de Publicaciones Digitales y de Audio y Video se reunió en la ciudad de Guangzhou y su secretario general, Ao Ran, afirmó que «la industria debería mejorar aún más el nivel de protección y reforzar las medidas actuales».
Y es que en agosto de 2021, China se propuso disminuir drásticamente el nivel de consumo de videojuegos de sus niños y niñas, no permitiendo que jugaran online más de tres horas semanales: una hora el viernes, otra hora el sábado y, finalmente, una última el domingo. Dejando la semana escolar libre de una actividad que dicho país lidera con empresas nacionales gigantescas como Tencent y NetEase.
Pero los límites no fueron sólo de horas de juego online, sino también de gastos y transmisiones por plataformas de streaming. ¿Los resultados? Un éxito, según afirmó en noviembre de 2022 un comité de la industria china de videojuegos, ya que en poco más de un año lograron que el 75% de los gamers jóvenes jueguen menos de tres horas semanales.
El problema de esta situación no son las restricciones per se, que nunca resultan simpáticas, sino su directa relación con el acceso a Internet y todo lo que se diga en ese ámbito. Porque a pesar de que China afirma querer cuidar a sus menores de la «adicción a los videojuegos», la verdad es que lo que está regulando es el acceso a la parte online de los mismos. Muy en sintonía con la política general del país.
Entonces, ¿el problema es el acceso a los videojuegos o a Internet? Sospechamos que la segunda opción, ya que no conocemos estadísticas de cuánto juegan offline los menores chinos.
Igualmente Ao Ran, el secretario general de la Asociación de Publicaciones Digitales y de Audio y Video, insistió esta semana con el éxito de las restricciones actuales pero también sostuvo que la industria debería ayudar a profundizarlas y mejorarlas. ¿Cómo? Bueno, con tecnología facial.
«La protección de menores es un trabajo fundamental y de largo plazo. Nuestros pares deben implementar los requisitos de los reguladores… y explorar medios técnicos, como el reconocimiento facial«, sostuvo el mandamás en un encuentro que duró dos días en la ciudad de Guangzhou. Pero, además, agregó que no solo las empresas de videojuegos son las responsables de proteger a los menores, sino que los padres también deben contribuir a estos esfuerzos.
Tencent, lejos de alejarse de la posición de su gobierno, declaró en la misma reunión que «continuará explorando formas más innovadoras de protección para menores». Por lo que parece que los deseos de la administración china con respecto a la relación de los menores con los videojuegos se podrían cumplir más temprano que tarde.
Recordemos que, desde hace un tiempo, Tencent ya está implementando el reconocimiento facial para menores en horas de la noche, pero esto podría expandirse al resto de las empresas del gigante asiático en muy poco tiempo. Una medida más que, silbando bajito, atentaría contra las libertades de cada familia.
Aunque, en contraposición a esta cruzada, el gobierno chino arrancó 2023 otorgando 175 licencias de publicación a diferentes estudios de videojuegos. Por lo que habrá que estar atentos a los futuros movimientos de uno de los mercados más importantes del planeta, ya sea para esta industria como para muchas otras.