No es la primera vez que oímos a desarrolladores quejarse por G2A. Este bien denominado mercado gris ha construido su negocio a base de transacciones no siempre del todo claras, en las que los creadores de los juegos vendidos no ven beneficio alguno.
Ahora, una nueva campaña en Change.org busca dar visibilidad y fuerza a un reclamo de la comunidad independiente: Que G2A deje de permitir la venta de sus juegos.
El reclamo fue iniciado por Mike Rose, del publisher No More Robots, quien tras descubrir que su juego más reciente, Descenders, estaba siendo vendido a través del portal, llego a pedir a la comunidad que lo pirateen. «Los desarrolladores no ven un centavo de ninguna manera, por lo que preferiríamos que G2A no viera dinero tampoco», escribió.
https://twitter.com/RaveofRavendale/status/1145272774761603072
Este tweet desencadenó un cruce a través de varias redes sociales entre Rose y G2A, en el que la empresa con base en Hong Kong terminó publicando un artículo en su blog tratando de desbancar las criticas esgrimidas por el desarrollador.
La empresa indicó que apenas el 8% de sus ventas mensuales corresponden a títulos Indie, y que las ventas totales de cada juego en particular son tan pocas, que no llegan a mover el amperímetro económico de los desarrolladores. Se comprometió también a pagar 10 veces el valor de cada key vendida en su plataforma de manera ilegal, siempre y cuando los demandantes puedan demostrar de manera irrefutable que eso sucedió.
Esto último tiene un problema de base, dado que los desarrolladores no pueden acceder a la información de ventas de G2A, y viceversa. La compañía entonces propuso recurrir a un auditor independiente, y pagar sus servicios por las primeras tres consultas. Pasado ese punto, los costos serían cubiertos en partes iguales entre ellos y los desarrolladores.
Una actitud solidaria en principio, pero que tapa un tema importante: Muchos desarrolladores independientes no van a poder costear el pago de honorarios, limitando su capacidad de acción contra ellos.
Rose contratacó refutando cada uno de los puntos atacados en el artículo, utilizando incluso las mismas pruebas presentadas por G2A para demostrar cómo se beneficia (y permiter que otros se beneficien) a costa de los desarrolladores, y no estuvo para nada conforme con la proposición hecha por el revendedor. De ahí entonces surgió su petición en Change.org
https://twitter.com/RaveofRavendale/status/1147079216846069760
«G2A dice que sí les importa la industria de los juegos, la industria de la que se benefician todos los días», se lee en la petición. «Sugerimos que G2A seguramente podría soportar un 8% de impacto en sus ventas, si eso significa hacer que el 99% de los desarrolladores de la industria sean más felices, y permitirnos conservar el valor percibido de nuestros juegos».
Es, sin lugar a dudas, una situación compleja. Traté de resumirla de la mejor manera posible, pero de todas maneras los invito a que lean el caso de Rose, así como el descargo de G2A.
A mi entender, la evidencia juega en contra de estos últimos, y está claro que, aún si las reventas a través de su plataforma representan un pequeño porcentaje del total de un juego (5% en el caso de Descenders), esto no está dejando de generar ganancias considerables a quienes sacan provecho de los grises dentro de esta plataforma. Ganancias que, indefectiblemente, alcanzan los bolsillos de G2A.
Incluso si no participa directamente de las transacciones, proveer el espacio y mirar hacia el costado hacen de esta plataforma un cómplice necesario.