Después de unas merecidas vacaciones de su servidora, IndiesPensables vuelve con más pilas que nunca, porque si algo hice en mis días libres fue jugar cosas hermosas para recomendarles. Así que bienvenidos de nuevo a este espacio para esos juegos independientes que merecen ser jugados.
Hace poco mi compañera Jimena Verónica me ganaba de mano analizando un juegazo de música y poesía en movimiento: Sayonara Wild Hearts. Un juego muy interesante porque funciona como una suerte de disco de música interactivo, en forma de videoclips jugables.
Aunque ojo, porque no es el primer experimento de ese tipo. Es cierto que el concepto de música jugable de manera más narrativa que sólo un juego de reflejos no está tan explorado como me gustaría, y tampoco me quejo de los juegos de ritmo, son mi género favorito. Pero el caso es que Evergreen Blues nos lleva para otro lado.
Es un título de música, sí, pero la interactividad está puesta en función de la experimentación y la exploración, sin desafíos de tiempo y coordinación, ni mecánicas de ganar o perder. Se puede jugar solo o acompañado, y tendremos que manejar a dos personajes que van a cantar sus líneas cuando se lo indiquemos con el teclado.
Pero lo interesante es que podremos elegir las palabras que armen cada verso. Y así cada una de las seis canciones interactivas va a tener un significado diferente según lo que cada usuario vaya eligiendo. También si cantan a la par o a destiempo, le va a dar otra impronta. Las decisiones van a ramificar las posibilidades de las siguientes estrofas, creando un sinfín de posibilidades para esta ópera virtual.
Como dije, se puede jugar de a uno (yo lo jugué así), pero lo cierto es que apenas al comenzar pensé en un amigo con el que suelo cantar a dúo y en que sería mucho más rica la experiencia compartiéndola. Además, Evergreen Blues propone una reflexión sobre las relaciones en la música. Entre los cantantes, y entre los espectadores, los autores y la obra. Ya que quienes cantan son a la vez audiencia y actores, y sus decisiones en los versos alteran la trama de los personajes de la obra que parecieran ver los cantantes. Después de todo, la música es siempre una narrativa de un mundo que sea crea en conjunto, compartiendo con otros.
“Todo el mundo es un escenario”, es la frase que recorre toda la aventura, y las diversas maneras de abordar esta idea. Aprendiendo, transformando y quemándolo todo. Un trabajo musical y narrativo impecable, que no sólo es un deleite para los sentidos, sino que desliza por debajo del teclado algunas incógnitas que quizás nos queden resonando.
Pueden jugarlo gratis en Steam o descargarlo en Itchio. Evergreen Blues, 10 minutos para compartir y para disfrutar a pleno.