Hace dos años te contábamos sobre la creación del Observatorio que se iba a dedicar a recaudar información sobre la industria de videojuegos argentina. Martina Santoro, presidenta de ADVA por ese entonces, firmaba un acuerdo con la Universidad Nacional de Rafaela y ese mismo año ya recibimos los primeros datos pertenecientes al 2017.
Hoy, tras un tiempo trabajando en la segunda encuesta, se presentaron los nuevos números a la prensa. Números que, si bien reflejan lo que venimos viendo en los últimos tiempos, también sorprenden desde algunos puntos. Pasamos a contarles.
Arranquemos por lo que seguramente más les interesa y lo que los trajo acá desde el título: la recaudación. Según datos del Observatorio y tras la respuesta de 55 empresas de todo el país, durante 2018 se facturaron 76,5 millones de dólares. Una cantidad considerable si pensamos que las anteriores cifras, mucho menos representativas que estas últimas, hablaban de unos 500 millones de pesos. Afirman que un 46% superior.
Pero acá va el dato que muchos imaginamos pero que ahora tienen un respaldo científico.
De las 55 empresas encuestadas, facturan 37. Y de entre esas 37, hay siete que se quedan con el 99,18% de toda la montaña de dinero recaudada. Lo que va en consonancia total con la forma en la que se divide la industria de videojuegos a nivel mundial.
Es muy normal ver centenares de estudios indies peleando por algunas miles de ventas en alguna de las tantas store que andan dando vueltas, como también a empresas grandes vendiendo millones de copias de sus juegos, DLCs, microtransacciones, etc. Los videojuegos, entonces, son sólo otra muestra más de cómo se comporta el mercado en el planeta. Pero dejemos las reflexiones políticas para otra nota y sigamos con los números que para eso vinieron por acá.
Otro de los datos interesantes que nos deja el Observatorio es que el 25% de los trabajadores de la industria son freelancers. O sea, no dependen de ninguna empresa y brindan sus servicios de forma autónoma. Una de las características más conocidas del sector y, a su vez, la culpable de la rápida adaptación a las necesidades de trabajo actuales a raíz del COVID-19.
Por otro lado, también quedó en evidencia que los dos países de destino principales para la exportación de trabajo siguen siendo Estados Unidos y Canadá, con un 41%. Los siguen Europa con el 22% y en tercer lugar, pero con un crecimiento significativo, Asia con un 13%. Y atención, porque si bien uno piensa que todo lo que se hace en el país a nivel videojuegos es para exportación, sorprende saber que el 17% del trabajo se queda a nivel interno.
Podemos seguir hablando todo el día de porcentajes, números, mejoras, actualidad y futuro, pero la realidad es que lo más destacable de todo esto es que estas mediciones existan. La única forma de crecer como industria es tener números sólidos para presentar a nivel gubernamental. Existir como sector. «Desde ADVA creemos que es la mejor herramienta que tenemos para trabajar en políticas macro para transformar la evolución de la industria en desarrollo sostenido«, afirmó Mauricio Navajas, presidente de la Asociación de Desarrolladores.
«La idea es tener información de respaldo para conseguir políticas públicas«, aseguró Andrés Rossi, ex presidente de ADVA y actual responsable de la carrera de videojuegos en la ciudad de Santa Fe.
Tras estos números, pertenecientes al segundo relevamiento del Observatorio fundado en la Universidad Nacional de Rafaela (UNRaf), ya se está preparando la tercera consulta, en la que prometen sumar todo un apartado dedicado a cuestiones de género curado por Women in Games y Florencia Fole. Por lo que, seguramente, les tendremos novedades en breve.
Pueden leer el informe completo por acá.