El fin de semana nos empezamos a encontrar con la polémica por las redes sociales. Una de las organizaciones de eSports de Argentina había presentado un proyecto de ley para que los videojuegos fueran reconocidos como deporte, pero varios de los géneros que transformaron a la escena en lo que es se habían quedado afuera.
Si, así como escucharon. Géneros como los MOBA, FPS o Fighting Games no tenían lugar por tener «imágenes de furia, agresión o crueldad», según textuales palabras del proyecto presentado en la Cámara de Diputados el pasado 13 de abril por la Asociación Argentina de Deportes Electrónicos (AADE).
Intentamos hablar con su presidente, Luis Regalini, para tener sus palabras directas y que nos explique el porqué de la exclusión, pero prefirió no emitir comentarios personales y nos derivó a hablar directamente con la asociación. Asociación que, por otro lado, entendemos que dio su punto de vista con el proyecto presentado. «Como Luis Regalini no tengo porqué dar mi opinión, me la prefiero reservar», nos comentó.
No se puede conformar a todos, pero los que realmente trabajan, finalmente reciben su recompensa.
Pronto seran nuevamente convocados, dado que hay articulos criticos (3 y 4) que no son agradables pero que nos fueron impuestos como necesarios.
Queda en ustedes ser adultos.
A3razo.— Luis Regalini (@LRegalini) April 20, 2018
Por otro lado, a raíz de la polémica, las otras dos asociaciones de deportes electrónicos del país emitieron sus respectivos comunicados. Y, como imaginarán, no están muy contentas. Ambas tildan al proyecto de «contradictorio, perjudicial, apresurado, no-representativo y no-inclusivo».
En el caso de la Asociación de Deportes Electrónicos y Electromecánicos Argentina (ADEEMA), afirman que la redacción del mismo «estuvo muy influenciada por las declaraciones del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quien manifestó que, si los Deportes Electrónicos hicieran su entrada en los Juegos Olímpicos, no lo harían con un videojuego violento o que hiciera apología de la violencia». Y suman: «a nuestro entender, tal posición resulta contradictoria, dado que aplicando ese criterio deberían eliminarse disciplinas olímpicas tales como el boxeo, el judo, el taekwondo y demás artes marciales…«
- Artículo 3° del proyecto de AADE– La presente ley desestima los videojuegos violentos y todo aquello que produzca imágenes de furia, agresión o crueldad, cuyas categorías serán especificadas vía reglamentacion. Son considerados Deportes Electrónicos aquellos videojuegos pertenecientes a los siguientes géneros: estrategia en tiempo real; juegos de cartas coleccionables y los juegos de plataforma deportiva.
La Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina (DEVA), por su lado, agrega que «es necesario destacar que si bien internacionalmente la experiencia en esports nos lleva años luz de ventaja, un proyecto del tenor del que hoy se presenta, a la vez de no permitir situarnos en dicho nivel, nos retrasa aun más».
Pero ambas asociaciones no solo coinciden en la crítica al proyecto presentado por AADE, sino que ven como ridículo que el mismo se apoye en las regulaciones de Alemania, Estados Unidos y Corea del Sur, ya que en ninguna de las mismas se excluye a los géneros antes mencionados.
- Artículo 4° del proyecto de AADE.– No es considerado Deporte Electrónico el género de videojuegos de disparos en primera persona, donde el jugador observa el mundo desde la perspectiva del personaje protagonista.
Como ven, la polémica está abierta. Por lo que habrá que ver si ante las críticas, tanto AADE como los diputados implicados (Hernan Berisso, Martin Medina, Marcelo Wechsler y Lucas Incicco por el PRO y Josefina Mendoza por la UCR) terminan modificando los artículos de la discordia o si, finalmente, siguen por el mismo camino de la exclusión.
Los mantendremos al tanto y, principalmente, les pedimos que si están interesados en los eSports comenten la nota y den su punto de vista. Ya que desde Press Over entendemos que la posibilidad de que se deje afuera a un género que nos llevó a la final mundial en 2016 es, por lo menos, cuestionable. Queremos escucharlos.