“Ni nos vimo” es el mensaje de texto que en noviembre recibió la producción de la E3 2019 por parte del hasta entonces CEO de Sony Entertainment, John Kodera, al informarle el menú del catering de la próxima edición.
Una de las principales productoras de la Expo de videojuegos más importante del mundo declaró que Kodera estaba “insistente en conocer el menú de catering”, algo que aparentemente hace año a año pero nunca generó problemas, hasta esta edición.
Resulta que debido al alarmante índice de obesidad que hay en Estados Unidos (y especialmente en el público gamer), la organización de la E3 decidió dar un paso en lo que hasta entonces creyó era la dirección correcta, y organizó un menú saludable, bajo en harinas, calorías y grasas trans.
“Una mierda” declaró Kodera en una reciente entrevista con Press Over. “Todos saben que el verdadero motivo por el cual pasamos por este tipo de experiencia los desarrolladores es uno solo: el morfi de arriba… y en especial los triples de jamón y queso”. Con énfasis luego insistió que quien diga lo contrario “es un careta”.
Contundente.
Esto aclara porqué las cabezas de Sony decidieron en febrero reemplazar a John Kodera por Jim Ryan, su vice, y bajar de puesto al aficionado al triple de miga. Si bien la movida habría sido por cuestiones ejecutivas, todas las hipótesis apuntan a que el incidente con los sánguches tuvo algo que ver.
¿Pero por qué no revertir la situación y presentarse en la E3, una vez resuelto el escándalo?
“Si se fijan, el diseño de la PlayStation 4 se asemeja demasiado a un triple de jamón y queso”. Dijo una fuente dentro de Sony que decidió mantenerse anónima. Afirmó también que Sony estaba listo para mostrar el diseño de la PlayStation 5, pero cuando se dieron cuenta que “tenía forma de canapé” decidieron guardarse el anuncio para la E3 2020.
Mientras tanto, Kodera afirma que lo que tiene “no es una adicción”, que volvería a hacer lo mismo, y que su debilidad son los de crudo y queso.