Otro día más en este mundo encaminado hacia un futuro distópico cyberpunk, dominado por corporaciones multimillonarias, en el que volvemos a habar de cifras exorbitantes, compras, ventas, y adquisiciones, como si algo de eso tuviera sentido, en un mundo en el que .JPGs de monos horribles se han convertido en un bien de lujo. Porque ese es el infierno en el que vivimos.
Apenas dos semanas después de la sorpresiva compra de Activision-Blizzard a manos de Microsoft, por la exorbitante cifra de $70 mil millones de dólares, nos volvemos a encontrar con otra demostración de poder, ahora por parte de otro de los grandes de la industria, Sony, adquisidor, en esta tarde de enero, de Bungie (Halo, Destiny), por $3.6 billones de dólares.
Bungie has limitless potential to unite friends around the world.
We have found a partner in PlayStation that shares our dream and is committed to accelerating our creative vision of building generation-spanning entertainment.
Our journey begins today.https://t.co/PLuVn48zdy pic.twitter.com/kAhRbAg3vD
— Bungie (@Bungie) January 31, 2022
Si bien el movimiento, en cuanto a cifras, no es tan grande como el de su competidor, resulta importante por dos razones: en primer lugar, da señales de reacción por parte de Sony ante la movida de Microsoft. No, Sony no salió de un día a otro a comprar Bungie, pero la atención estaba puesta en ellos y sus próximos movimientos. No es una compra tan grande, cierto, pero es una respuesta que nos indica que no están ociosos poniendo sus fichas en el próximo gran exclusivo que les genere ingresos. Es una señal para los usuarios, y para los mercados, de que están tratando de expandirse y adaptarse.
Por otro lado, el valor simbólico que juega para el público: Bungie es el estudio creador de Halo, juego de vital importancia para Microsoft y Xbox. Fue el juego que puso a dicha consola en el mapa, es su mascota. Y si bien Halo aun pertenece a Microsoft, y está en su mejor momento, uno no puede evitar tener la sensación del toque personal en esta compra, del despecho, del robo de banderas mutuo. Hay un morbo detrás de todo esto que sin duda divierte a quienes miran desde afuera. Obviamente, sólo morbo, porque estas cosas realmente no entran en juego cuando hay cifras millonarias de por medio.
¿Y ahora?
Me gustaría ser parte de ese grupo, pero siendo Bungie el estudio detrás de Destiny, esto se vuelve un asunto personal. Y es que una de las cosas extrañas de esta adquisición, y que genera desconcierto y escepticismo dentro de la comunidad que se a formado detrás de dicho título, es el lugar en el que queda Bungie y su franquicia.
Según el estudio detrás de los famosos FPS, la “asociación” con Sony no los despoja de ningún tipo de libertad creativa. Mas allá del acuerdo, aseguran que van a seguir manteniendo su independencia. También aseguran que Destiny 2 continuará siendo multiplataforma, y no tienen pensando ningún tipo de exclusividad con Playstation.
Informa Bungie que la próxima expansión de Destiny 2, The Witch Queen, a salir el próximo 22 de febrero, ofrecerá todo su contenido en todas las plataformas. También aseguraron que otras hipotéticas IP futuras también serán multiplataformas.
Uno podría decir que todo esto es PR, pero la historia reciente de Bungie apoya un poco estas declaraciones. Cierto es que tras la separación de Activision tuvieron sus tiempos turbulentos tratando de hacer pie con el desarrollo y mantenimiento de un proyecto como Destiny 2, ya sin la financiación de una compañía tan grande, teniendo que experimentar con distintos modelos económicos para generar ingresos. Así abandonaron el formato de expansiones por uno de temporadas, microtransacciones y contenido free-to-play, buscando encontrar cierta sostenibilidad.
Sin embargo, los últimos meses venían siendo auspiciosos: con un modelo consolidado que se iba reflejando en la creciente calidad de las ultimas temporadas (según las criticas de los jugadores), y una importante expansión en el horizonte, todo daba a entender que Bungie finalmente se estaba asentando como estudio independiente, logrando esa ansiada (y equilibrada) libertad creativa y económica.
Por otro lado, el cross-play viene siendo una de las principales características que han estado implementando y expandiendo en estos últimos meses, lo que refuerza la idea de mantener el titulo multiplataforma, tras llevarlo a múltiples entornos, como Steam, Gamepass, y Stadia.
¿Una buena compra? Una compra y ya.
Si el comunicado de Bungie es mas que PR, entonces la pregunta es: ¿Qué compró Sony? Si Bungie continua siendo independiente, si tanto actuales como futuros títulos no van a ser exclusivos de PlayStation, ¿Qué se saca de este acuerdo? Ahí reside el gran misterio y motivo de especulación.
¿Contenido especifico para PlayStation? No sería raro, durante los primeros tiempos de Destiny 2 podíamos encontrar misiones o equipo exclusivo para dicha consola. O tal vez sea una compra muy a largo plazo. Tal vez compren algún tipo de coparticipación por parte de Bungie en la producción de proyectos propios. Rumores sugieren que el interés está en el trabajo hecho por el estudio con Destiny como live-service, concepto que tiene el interés de Sony. O por ahí estamos en una guerra fría en donde los grandes de la industria compran estudios e IPs como método disuasorio para evitar exclusividades.
Todo puede pasar, cualquier cosa se puede especular. Al final del día, son compañías tirándose fajos de dólares entre ellos mientras el resto miramos desde afuera dispuestos a darles todavía mas dinero.
Si llegaste hasta acá y te gusta lo que hacemos en Press Over, medio independiente hecho en Argentina, siempre nos podés apoyar desde la plataforma de financiación Cafecito. Con un mínimo aporte nos ayudás no sólo con gastos corrientes, sino también con la alegría de saber que estás del otro lado