Parece mentira, pero el estudio responsable del videojuego español más exitoso de la historia (RiME) no sólo cerró sus puertas, sino que está subastando su legado.
Sí, así como leyeron. Resulta que tras haber sido adquiridos por Tencent en 2022, y algunas obras sin el éxito necesario por el camino, el equipo madrileño tuvo que dar por terminados 15 años de trabajo y dejar sin empleo a decenas de personas que se ya se veían venir el desenlace.
Pero lo que nunca imaginaron es que un par de semanas después se iban a encontrar en Internet con la subasta de sus antiguas IPs y hasta del propio nombre del estudio. Comenzando desde los 150 euros.
«En el momento en que Tequila entró en concurso de acreedores por no tener dinero para pagar a los trabajadores, el control de la empresa pasó a manos de un Administrador Concursal que se está encargando de sacar dinero para poder pagar las deudas con los activos que tenga la misma», le contó a Press Over uno de sus empleados históricos salientes. Visiblemente movilizado por la situación.
Y claro, los tangibles de un estudio de videojuegos son sus mesas, sillas y computadoras, que también están a la venta. Pero los intangibles, lo más valioso de la ecuación, son sus propiedades intelectuales: los videojuegos originales que desarrollaron, e incluso su propio nombre.
«Tienen valor comercial, reputacional y estratégico«, afirma Escrapalia, la página en la que en este momento se está subastando la historia intangible y emocional de Tequila Works, uno de los estudios de habla hispana más relevantes de este siglo.
Según pudimos averiguar, ni Tencent ni los antiguos dueños del estudio madrileño pueden hacer nada al respecto. «Tan sólo observar como trocean nuestro trabajo«, dijo la fuente interna con la que hablamos.
Eso sí, en plena crisis de la industria de videojuegos mundial, es menester destacar que en el último lustro el gigante chino Tencent se caracterizó por comprar y luego cerrar estudios como quien borra barras en un excel.
Aunque, al mismo tiempo, seguramente no encuentren a ningún ex empleado quejándose al respecto, ya que según pudimos averiguar, para cobrar lo correspondiente a sus despidos, cada uno tiene que firmar un contrato en el que se compromete a no emitir comentarios negativos en la prensa ni redes sociales.
Un trato extorsivo cada vez más común en una industria que parece manejarse constantemente en los márgenes de las leyes laborales.
Casualmente, en la última entrega de nuestro Newsletter, estuvimos analizando el momento de la industria reflejado en la última GDC 2025. Por lo que si les interesa profundizar más en una de las crisis más grandes de la historia del medio, no tienen más que visitar dicho texto.
Tristísimo 😢