Ya pasó un tiempo de la realización de E3 2021 y es tiempo para hacer algunas conclusiones. Ojo, antes que nada advierto que esta no será la típica nota de “lo que más me gustó” y cosas como esas. En tal caso hay cientos de artículos que resumen mejor esos puntos del evento, incluso aquí en Press Over nos tomamos el laburo de retratarla en su totalidad.
Me gustaría hablar un poco sobre un valor inesperado, al menos en la previa, que terminó teniendo el evento. Estábamos un poco acostumbrados a que E3 sea el show del tráiler, pero más que nada de juegos AAA con anuncios rimbombantes y gráficos espectaculares. Esos días de junio eran siempre el receptáculo donde depositábamos nuestra ilusión en lo que terminaría llegando a las consolas y PC en un corto, mediano y largo plazo.
Pero pasó la pandemia, dio vuelta al mundo entero y la industria del gaming, de a poco, se va acostumbrando a esta nueva normalidad, o como prefieran decirle. Luego de un lógico año de ausencia, E3 volvió a realizarse en un formato completamente diferente para lo que solía ser, aunque ya no tan ajeno para los gamers en general.
Durante una semana, nos la pasamos de conferencia, de menor o mayor envergadura, en las que en muchos casos se anunciaron próximos lanzamientos en el formato tradicional del evento, como pasó en los segmentos de Ubisoft y Microsoft. Pero como quizás nunca antes había sucedido se le dio un espacio muy grande al videojuego independiente. Y esto es algo que me parece muy valorable.
Obviamente que esto no es novedad para E3. Desde hace años que esta parte de la industria tiene su espacio, pero quizás antes lo veíamos como un segmento aparte dentro de una gran catarata de anuncios AAA en alguna conferencia de jugadores importantes del sector. Y en este 2021 la cosa se dio vuelta por completo.
No solo que pudimos ver independientes realmente interesantes e imaginativos, como Signalis, Harold Halibut, Death Trash, el mismo Sable, cuyas primeras impresiones pueden leer aquí, pudieron tener otro tipo de espacio dentro del evento. No solo que los pudimos ver en detalle sino que también se presentaron entrevistas con los desarrolladores para poder dar a conocer diferentes aspectos de estos títulos.
Eso realmente es muy valorable ya que, ante una oferta tan enorme de títulos todas las semanas, a veces este tipo de producciones se pierde en la marea de anuncios. Por eso estuvo bueno que ahora, quizás como consecuencia del contexto que generó la pandemia, un evento tan enorme como E3 haya equiparado la balanza entre grandes lanzamientos AAA y productos independientes.
Todo terminó con una gran propuesta por parte de Steam. La posibilidad de acceder a una veintena de demos de estos títulos, para poder conocerlos más en detalle. Esto sin lugar a dudas fue una gran oportunidad justamente por lo que decía, lograr que los juegos independientes tengan una mayor y más concreta visibilidad.
Y ojo, no estoy diciendo que lo indie es lo mejor y lo AAA es malo y caca. Todo lo contrario, son espacios de la industria que tienen que tener su lugar. Quizás lo que venía pasando antes de la pandemia era que las empresas quizás no se arriesgaban tanto en poner en primer lugar a productos que no tengan los re gráficos y las ultra mega experiencias.
Los indies nunca, o en gran mayoría, van a apuntar a deslumbrarnos desde el apartado técnico ultra tecnológico. Pero si buscan, con aciertos y fallos, cautivarnos desde otros lados en los que la industria demuestra su evolución, como la parte artística y narrativa, profundizándose en muchísimas temáticas que creo necesarias para su reflexión, como la inclusión social y la igualdad de género.
Quizás en 2022, E3 vuelva a ser presencial y se retome el show del trailer con figuras famosas pero realmente no lo sabemos ahora. Lo que si nos quedamos de este 2021 fue el evento le dio un lugar de privilegio a la industria independiente y esto realmente debe ser valorado.
Si llegaste hasta acá y te gusta lo que hacemos en Press Over, medio independiente hecho en Argentina, siempre nos podés apoyar desde la plataforma de financiación Cafecito. Con un mínimo aporte nos ayudás no sólo con gastos corrientes, sino también con la alegría de saber que estás del otro lado.