Ayer a las 13 hs de Argentina se terminó mi día. La noticia, muchas veces esperada, me cayó como un balde de agua fría y ya no me pude concentrar en nada más. Diego Armando Maradona, el representante máximo del juego que nos llena el alma a millones de personas por todo el planeta, se había ido. Tras años de castigar su cuerpo, vaya paradoja para un deportista, el corazón dijo basta y dejó de latir.
Hoy, tras 24 hs de ese suceso y en medio de un velatorio multitudinario en plena Casa de Gobierno Nacional, sentí la necesidad de expresarme al respecto. Por lo menos con los videojuegos como excusa. Porque claro, habrá muchos y muchas que lo critiquen desde su parte más humana, desde aquella que mostraba puertas para dentro, pero yo elijo separar al artista de su obra. Siempre.
Porque “El Pelusa” es muchísimo más que un tipo que pateaba bien una pelota. Es la representación total del ser nacional, aquel lleno de condiciones y defectos, de pasión, de contradicción, de rebeldía ante el poder. Y, por sobre todas las cosas, aquel que nos dio una lluvia de alegría entre tanto dolor. Por eso genera lo que genera, porque nos vemos reflejados en él, y nos incomoda. Como aquella vez que Simba se miró en el lago y lo vio a Mufasa. “El vive en ti”, le dijo Rafiki. Creo que eso mismo nos pasa con Maradona, vive en todos y todas las argentinas, y nos molesta.
Horacio Pagani, quebrado: "SE ACABA DE MORIR EL FÚTBOL ARGENTINO". pic.twitter.com/oYt9iDKOyU
— TyC Sports (@TyCSports) November 25, 2020
“Un Diego que duele porque hizo cualquiera, pero que maravilla porque hizo lo que nadie pudo en un momento del país en el que nadie podía nada“, dice Paula Gimenez, periodista con gran perspectiva de género, en Filonews. Y cuanto coincido con ella, en su nota completa. Porque para entenderlo hay que ubicarse en tiempo y espacio, entender su historia, caer de la magnitud de su figura y de su imposibilidad de vivir una vida como cualquiera de nosotros y nosotras vive.
Salir a la calle con su familia, disfrutar de una cena, ir a comprar algo a un supermercado o una tienda de ropa, meterse al mar en una playa concurrida, llegar a un lugar sin ser el centro máximo de atención durante toda la estadía. Todas esas cosas, y miles más, son demasiado fuertes para alguien salido de las entrañas de una villa, con poca educación y teniéndose que hacer cargo monetariamente de su familia con menos de 20 años. El que no entiende eso, carece de empatía, o sufre de esnobismo agudo.
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— RiD (@Ricardrid) November 28, 2020
Porque (y juro que es el último) “Maradona no es ni fue un personaje igual al resto de los personajes de nuestra cultura. Maradona atravesó a una sociedad en carne viva por una guerra injusta y le dio un mundial como recompensa, un ser los mejores del mundo como alivio”, dice también Paula Gimenez, en “A Diego gracias, al feministómetro, ni justicia”.
Pero dejando de lado esa discusión, tal vez eterna, entre los sensores moralistas y el sentimiento popular, también sería interesante hablar, porque al fin y al cabo a eso nos dedicamos en Press Over, de la relación del Barrilete Cósmico con los videojuegos.
De base, durante la tarde de ayer se desató la polémica en FIFA 21 porque, según FUTBIN, las tarjetas de Maradona para FUT vieron afectadas sus precios: el “Icono Base” de media 91 pasó de costar 2 millones de monedas a 2,5 millones. Mientras que las versión de 95 puntos de media subió su precio en 900 mil monedas (de 2,1 millón a 3 millones). Lo que generó la indignación de cientos de usuarios que se quejaron por las redes, entendiendo que tras esos aumentos había una cuota gigante de oportunismo.
Aunque, por otra parte, el juego de EA Sports recogió rápidamente el guante y homenajeó al 10 histórico de nuestra selección con un cartel especial que dice: “Gracias, Diego. Con tu magia redefiniste el futbol para siempre. Para todos poder honrar respetuosamente a Diego y celebrar la vida de una verdadera leyenda, un tifo de Maradona y la camiseta de la Selección Nacional Argentina se han agregado a todos dentro de FIFA Ultimate Team”, es el anuncio que se despliega.
Y no es casualidad lo de FIFA, porque si bien es un homenaje esperado en un videojuego de fútbol, también es importante saber que detrás de la dirección de las ediciones 14, 15 y 16 estuvo el argentino Sebastián Enrique, hoy a cargo de la división general de los títulos de deportes de EA.
Su historia en los videojuegos arranca el año que ganó el Mundial
Para terminar, es interesante repasar cómo fue su relación con la industria que más amamos. Relación que, paradójicamente, arranca en 1986, el mismo año en el que levantó la copa del mundo en México, con Peter Shilton’s Handball Maradona. Un título de videojuego maravilloso porque era del arquero inglés pero hacía referencia al famoso gol con la mano. Salió en Commodore 64, Amstrad CPC y ZX Spectrum.
La otra aparición fue recién en 1991 con Seibu Cup Soccer, donde no aparecí su nombre pero si sus rulos al viento, dejando en claro de quién se trataba. Parecido a lo que pasó en 1993 con AWS Pro Moves Soccer, un juego para SEGA Génesis donde aparecía como Donadona, algo muy normal en las producciones antiguas cuando se carecía de licencias.
Lo mismo sucedió con Internacional Superstar Soccer Deluxe de 1995, donde muchos aseguraban que “Redonda” era Maradona por llevar la 10 del seleccionado argentino, aunque personalmente creo que este jugador ficticio hacía alusión a Fernando Redondo, figura de la Selección Argentina por mediados de los 90. ¿Ustedes qué piensan?
Pero antes de llegar a los dos máximos exponentes que tenemos actualmente, no podemos dejar de mencionar al mítico PC Fútbol, que no sólo tenía a Diego en Argentina, sino también en Boca, club en el que se retiró en 1997, luego de un Superclásico en cancha de River. ¿Podía existir un mejor marco? Incluso estuvo en FIFA 96, donde figuraba como suplente de la Selección.
Luego, lógicamente, vienen los FIFA y los Pro Evolution Soccer modernos, donde Maradona tiene muchas apariciones, aunque con algunos conflictos en el medio relacionados a su imagen.
En 2017 llegó a amenazar con un juicio a Konami porque lo habían puesto dentro del juego sin su autorización. “Ayer me enteré que la empresa japonesa Konami utiliza mi imagen para su juego PES 2017. Lamentablemente, mi abogado Matías Morla les iniciará las acciones legales correspondientes. Espero que esta no sea una estafa más”, decía el astro en su momento. Pero luego, tras un arreglo extraoficial, se terminó arreglando su entrada al título y no supimos más nada. Eso sí, los japoneses decían tener autorización de Barcelona, hecho que Diego también desestimó.
Un año después, en 2018, también tuvo conflictos con el título de EA Sports, que lo incluyó en una bandera de sus estadios y como parte de la hinchada de Juventus, un error garrafal que lo enojó muchísimo. “No se pueden cometer algunos errores, especialmente si se trata de un videojuego tan conocido por el público. Ya he enviado a mis abogados para resolver el asunto”, declaró Diego Armando al EuroSport.
¿Bonus track? En el videojuego argentino Golazo, uno de los managers en forma de caricatura se llama Miego Daradona y todo indicaría que es un homenaje al aspecto estético que tenía el astro en el Mundial Sudáfrica 2010.
Actualmente, se puede jugar como Maradona en cualquiera de los dos títulos importantes. Incluso yo lo tengo de DT en River de la Master Legue de PES 2021. Tal vez la manera más linda para que jugadores como nosotros y nosotras le podamos rendir homenaje. Porque más allá de todo lo discutible que pueda ser su figura personal y de lo que nos pueda haber dado dentro de una cancha, nos dejó una frase histórica que describe su arrepentimiento y amor como ninguna otra. Y es que la pelota… la pelota no se mancha. ¡Te quiero, Diego!