En 2021 la manera dominante de conectar con personas es a través del universo intangible que nos ofrece internet. Buscamos, luego de una ardua lucha con nuestra salud mental, adaptarnos a un contexto nunca antes visto que ya millones de veces ha sido discutido. Esta vida es nueva, las vivencias que tenemos son nuevas.
Es realmente un evento histórico revolucionario que deja a la luz cantidades inconmensurables de problemáticas y que nos obliga a cambiar hábitos en pos de que las cosas no se descarrilen. Tomémonos un descanso y analizemos cómo los MMORPG (en este caso World of Warcraft Classic) nos permiten expresarnos, encontrarnos y ocasionalmente desencontrarnos con personas de todo el mundo en un ambiente en el que todes nos estamos cuidando desde nuestros hogares.
Para aquelles que no lo sepan, World of Warcraft es un juego de rol masivo en línea. Esto significa que muchísimes jugadores pueden encontrarse en un mismo servidor (hay varios para les millones de jugadores suscritos) o incluso cruzarse entre servidores y siempre encontrar personas con las que jugar. Individualmente, cada jugadore se crea un personaje dentro de dos bandos (La Horda o la Alianza), eligen una raza (de humanos y elfos hasta orcos y no-muertos), clase (Desde magos hasta cazadores de demonios), y una vez dentro del mundo, comienza la carrera para llegar a nivel máximo al completar misiones, pelear contra criaturas en combate en tiempo real, descubrir y explorar localidades inmensas, aprender nuevas habilidades, elegir diferentes estilos de combate con su sistema de talentos, realizar la campaña principal, entre muchas otras cosas.
World of Warcraft Classic (Y su nueva versión con la expansión de culto The Burning Crusade) dobla la apuesta proponiendo a les jugadores volver en el tiempo y jugar Warcraft en una versión vintage, con apartado visual y mecánicas de antaño. Blizzard Activision claramente sabe que el mercado vende por la nostalgia, y propone como muchas otras entidades dentro de la industria una experiencia vieja y a la vez refrescante.
La comunidad de World of Warcraft Classic busca re-vivenciar las experiencias de cuando internet hacía pitidos raros, se conversaba con gente que no conocías para encontrar grupo, cambiabas de equipamiento y aprendías nuevas habilidades; todas oportunidades significativas para abatir enemigos más desafiantes, entre muchas otras cosas que son un festín de la nostalgia. En mi barrio le llaman “experiencia hardcore”, eso definitivamente sigue estando… pero algo cambió. El mundo avanzó y nosotres cambiamos.
El hecho de que una versión antigua de un título en línea sea rejugable, nos genera diversos perfiles dentro de la demografía de sus jugadores, pero destacaré dos y las respectivas experiencias sociales que generan.
En primer lugar nos encontramos con les veteranes. Gente que conoce el juego de memoria. Jugadores de alto nivel que por varias monedas de oro, les acompañarán a través de una mazmorra para que puedas subir tu nivel de experiencia a una velocidad nunca antes vista, recibiendo el apodo de “level carry”. Es probable que si juegan con une, van a tener dos posibilidades; puede ser un compañero de equipo exigente que asume desde el vamos que ya sabés todo; por otro lado, puede que sean les mejores compañeres que encuentres, siendo sumamente pacientes y tomándose el tiempo para explicar las mecánicas que no sepas.
En segundo lugar, les primerizes. Quizá jugaron la versión actual de World of Warcraft, pero lo más probable es que la experiencia que ofrece la versión Classic la tengan con ojos nuevos. Incluso puede que sea una persona que jugó WoW de muy pequeñe por lo que ahora puede entender ciertas mecánicas que antes no podía y digerir la historia con una perspectiva más madura. Este perfil en su frecuencia tiende a ser respetuose con personas veteranas, pidiendo disculpas por errores dentro de su rol en el equipo y siendo inocente ante la inmensidad de información y nichos que presenta el título.
¿Por qué destaco estos dos perfiles y qué relación tienen con la experiencia social de jugar MMORPGs en pleno aislamiento preventivo?
Esta diversidad nos permite conectar lo viejo de la comunidad gamer con las ideas de la mano de generaciones nuevas, donde cada vez más personas buscan generar climas libres de discursos de odio, discordia y competitividad nociva. Se trata de un submundo fantástico dentro del internet donde la tolerancia y el apoyo mutuo toman prioridad.
Como mujer trans, encontrar hermandades (grupos de numeroses jugadores que tienen un objetivo en común dentro de las actividades que ofrece el juego) LGBT+ friendly es una bocanada de aire fresco, y la razón por la cual sigo volviendo a él. No se trata solo de que sea un espacio seguro para personas que comparten vivencias similares a la mía, se trata de una comunidad activa que está evolucionando y madurando ante una inmensidad de problemáticas sociales que comenzaron a visibilizarse más que nunca.
La experiencia social que generó World of Warcraft Classic a lo largo de la pandemia se puede sumarizar en tres palabras: Diversidad, empatía y nostalgia. La posibilidad de expresión dentro de su universo no tiene límites, por lo que podemos encontrarnos con todo tipo de personas, buenas o no tan buenas, y con trasfondos socioculturales variados. A través de la diferencia de vivencias que encontramos, logramos llevar a cabo la práctica de entender a le otre y compartir momentos memorables. La empatía es una herramienta generadora de emociones enorme, Blizzard Activision lo sabe, les jugadores lo pidieron y gracias a eso, podemos tener un momento en donde miramos para atrás y personalmente digo:
Todo cambió, es cierto, pero acá tenemos esto que es antiguo con el cual en algún momento pude expresarme y conocer un montón de gente hermosa, y nuevamente, yo, cambiada, luego de una transición tediosa llena de deconstrucciones y reconstrucciones, revivo con ojos nuevos, que nunca tuve hasta ahora, la posibilidad de sumergirme en el maravilloso mundo de World of Warcraft.
Es verdad, no todos los grupos dentro de este juego son como los presento, pero considero que vale la pena destacar que en Azeroth y en los MMORPG, la diversidad está y va a seguir creciendo.
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