Con mucho orgullo les vengo a hablar de un videojuego 100% argento, la nueva joyita de Saibot Studios (Doorways). El juego con el que Nimble Giant Entertainment se transforma también publisher, es un shooter de acción en primera o tercera persona que, a simple vista (y a otra un poco más compleja también), es un claro homenaje a DOOM. Aunque con el mérito de no hacer que lo extrañemos.
En esta aventura vamos a encarnar a Hellgore, un personaje que llega a un mundo infernal para derrotar y vengarse de los enemigos que destruyeron a su raza. Y como bien dice la intro del juego en steam: “Si estás buscando una historia profunda viniste al lugar equivocado”… esto es Hellbound. Tiros, sangre, metal y mucha pero mucha velocidad.
Mecánicas
Literalmente es jugar al DOOM… sí, literal. Hasta los escudos son verdes, los enemigos son demonios, las armas son impresionantes y tienen tanto poder primario como secundario. Pero como te dije, este no es un juego que intente disimular ese parecido, es una dedicatoria con mucho amor que, además, suma una propuesta interesante: “¿Te gustan estos juegos? Bueno… dale una probada a Hellbound porque es REALMENTE DIFÍCIL”.
El homenaje a los 90 no está exclusivamente en el modo de juego sino también en la dificultad, que ya desde el Modo Normal nos sumerge en la escasez de munición y en la ausencia de checkpoints. Es dificultad pura y dura, como el hermoso heavy metal que suena de fondo.
Los niveles también cuentan con un buen diseño, particularmente por las zonas secretas que son muy difíciles de encontrar, en gran medida gracias a que no es fácil visibilizar lo que está oculto. Y, de nuevo, en este sentido me parece una cuestión bastante superadora si la comparamos con DOOM. Aunque, igual, estaría bueno contar con un mapa que nos permita adivinar si nos estuvimos perdiendo de algo antes de irnos del nivel.
Por otro lado, los disparos de los enemigos se pueden llegar a tornar un poco repetitivos después de unas horas de juego, volviéndose previsibles y fáciles de esquivar, incluso en niveles más complejos. De todos modos, a su favor cuenta con posicionamientos de enemigos bastante complicados de detectar, provocando que siempre estés en estado de alerta, en caso de que se te haya escapado alguien de las manos y después te empiece a disparar por la espalda.
Pero, sin dudas, la experiencia más negativa que me transmitió Hellbound fue que la dificultad no yace tanto en las complejidades de sus mecánicas, sino en limitaciones que son impuestas y terminan resultando una incomodidad. Como la poca vida en relación al daño, la ausencia de checkpoints o la falta de dinamismo en el movimiento del personaje (aunque esto último entiendo que es en pos del diseño retro).
Estética y Música
Sin dudas, lo mejor del juego. La música es perfecta y acompaña muy bien los ambientes, al punto que es comparable con la calidad musical que nos ofrecieron siempre en el DOOM, y eso ya son palabras mayores. Y la estética noventosa está muy bien lograda, transmitiendo la sensación de que estamos jugando un juego viejo pero donde la calidad se ve en la velocidad y otros factores de manejo del entorno.
Se nota mucho el trabajo puesto en el diseño de los niveles. Además, de la voz de Hellgore está interpretada por Artie Widgery (Chariot), un gran punto a favor en el resultado final. Un aplauso porque, a la larga, estas son las cosas que hacen que cierres el juego sintiendo una buena sensación de inmersión en el estilo y el haber encontrado exactamente lo que estabas esperando.
Detalles Destacados
Me gustó mucho que el diseño de armas sea tan detallado pese a los paralelismos que se puedan encontrar con otros juegos similares. Lo mismo me pasó con los secretos, terminar un nivel y que el conteo de secretos quede en 0% deja muchas ganas de seguir investigando… te preguntás “¿Cómo puede ser que me recorrí todo y no vi los secretos?”. Y por último, los comentarios de Hellgore son lo mejor que hay, muchos de ellos les van a parecer familiares, pero no les quiero spoilear las sorpresas.
Desde hoy 4 de agosto se lo pueden comprar en Steam a sólo $160 argentinos.