Junio es el mes del orgullo gay. El momento del año en el que se recuerdan los disturbios de Stonewall en Estados Unidos y la rebelión de la comunidad LGTBQ contra un sistema y sociedad que los oprimía. Y desde Press Over queremos homenajear esa historia con Videojueves. El rincón que tenemos para juegos casi siempre gratuitos y con temáticas mensuales.
El artículo de hoy nos lleva a una clase de historia. Vamos a remontarnos a la lejanísima época de 1989, cuando hacer un juego todavía era inaccesible para las masas y cuando para distribuir un producto fuera del circuito comercial había que intercambiar diskettes, pasarlo de persona en persona a través de redes arcaicas o confiar en que alguna revista quisiera repartir copias con sus ejemplares.
Caper in the Castro (Aventura en el Barrio Castro) es, hasta donde se tiene conocimiento, el primer juego LGTBQ del mundo. Fue escrito, programado, dibujado, y muchos etc más, por C. M. Ralph. Una desarrolladora de San Francisco (EEUU) que trabaja como QA y además hace arte para varias organizaciones LGTBQ.
La historia nos pone en la piel de Tracker McDyke (McTorta le diríamos en Argentina), la detective privada lesbiana más importante del mundo. Estamos buscando a una drag queen raptada, Tessy LaFemme. Ella, que es una vieja amiga, nos despertó a las 3 de la mañana, pidiéndonos frenéticamente reunirse frente al Gayme Room… pero la comunicación se corta y nunca aparece para la cita.
El juego comienza entonces con unos gráficos blanco y negro pixelados y una interfaz prehistórica de aventura gráfica. A través de estos monocromáticos pero detallados escenarios, tendremos que movernos, investigar, juntar pistas y dispararles a todas las cerraduras que veamos. El juego es mitad point and click, mitad aventura de texto. Al clickear un objeto de nuestro inventario nos aparecerá una ventana preguntándonos con qué queremos hacer interactuar ese objeto, y tendremos que tipearlo.
La historia es corta, simple pero muy divertida. Principalmente por todos los permanentes chistes LGTBQ y los cuestionamientos del juego cada vez que querramos solucionar todo a los tiros o prendiendo fuego cosas. Pero ojo, no todos son chistes, la gente muerta y las amenazas horribles están a la vuelta de la esquina.
Si no la tienen clara con los juegos de este estilo, puede ser que se traben. Mi recomendación es que prueben todos los objetos todo el tiempo y que investigen todos los detalles de cada escena. Todo lo que está dibujado sirve para algo y todas las puertas se pueden abrir, sólo hay que averiguar cómo (spoiler: a los tiros). El juego nos va a ir tirando pistas que podemos anotar en una libreta de nuestro inventario. Anoten en una libreta fuera del juego, porque podemos llegar a morir y perder todas las notas.
Este juego fue distribuido gratuitamente a través del Bulletin Board System (una suerte de torrent antiguo vía línea telefónica), con el pedido de que quienes obtuvieran una copia, donaran algún monto a voluntad a alguna ONG de prevención contra el SIDA.
Fue además censurado y distribuido globalmente bajo el nombre de Murder On Main Street. Una versión totalmente heterosexual, con todos los nombres cambiados y sin los chistes queer que identifican al juego original. Horrible.
Hoy en día está para jugar online en una suerte de emulador de Hypercard (un sistema hipermedia de Apple anteriores al WWW), y pueden hacerlo por acá. Es historia pura.