En Busca del Shooter Perdido
En octubre de 2021 Byte Barrel sacaba un nuevo shooter en primera persona en early access que prometía. Entre ritmo frenético, un diseño visual único, árbol de habilidades y mucho mucho Lovecraft, Forgive Me Father tenía todo el potencial para ser un juegazo. Su lanzamiento temprano pasó algo desapercibido, pero fue una vez que se pudo ver la versión final que se ofrecía que las reseñas comenzaron a llover. Y cuando digo llover estoy hablando de esa tormenta rápida en verano después de días y días de humedad que te dan ganas de salir a bailar un cumbión en la calle. La recepción fue súper positiva.
Mientras esto sucedía, en abril de este año 2022, una mujer de 30 años en el conurbano bonaerense se preparaba para una de las misiones más importantes de su vida videojueguil. Esta muchacha (que soy yo, plot twist, es una peli de Marvel) no sabe jugar shooters. Nunca me interesaron, me ponen nerviosa, soy manca, no sé cambiar de arma en arma y me dan ansiedad (perro chiquito). Hace tiempo que vengo auto-imponiéndome la tarea de buscar “Mi Juego de Tiros Ideal” y cuando lo encuentre planeo hacer una celebración a todo trapo mandando invitaciones que digan “Te Invito a mi Fiestita Ultraviolenta”.
Fue por esta razón que posé mis ojos (y mi mouse) en el Forgive Me Father, aunque debo reconocer que al principio fui engañadísima pensando que iba a ser de terror. Spoiler alert: lo terrorífico fueron las veces que me mataron los monstruos que parecen barriles. Más allá de mi negación por los tiros, el título lo tenía todo: una estética increíble, un trailer atrapante, referencias a los mitos de Lovecraft y lo que parecía ser una historia que me iba a mantener lo suficientemente enganchada como para olvidarme de qué enemigos iban a necesitar escopeta, cuáles pistola y cuáles cuchillo.
Después de jugarlo por alrededor de un mes, sólo una pregunta quedaba para hacer:
¿Es el Forgive Me Father mi juego de tiros ideal?
No, pero estuvo cerca. Lo que más destaca es su apartado artístico. El estilo historieta o cómic dibujado a mano, mezclado con el 2D y el riguroso diseño de escenarios, elementos y enemigos te transporta a una atmósfera alucinante. Es claustrofóbica cuando debe serlo y avasallante en otros momentos, cuando el terror cósmico (que tiene como punto ser demasiado para el “ojo humano”) llega a su clímax.
Los colores, detalles y el desarrollo de niveles denotan sin dudar un producto hecho con amor y dedicación. El sonido también es un punto a resaltar. Tanto el ruido de ambiente, como los efectos de audio de los enemigos, como las actuaciones de voz son sorprendentes para un juego independiente. Aunque la acción reina mucho más que el terror, la experiencia es única, retorcida y perturbadora.
La historia, que era lo que yo más esperaba para quedar atrapada, queda absolutamente relegada detrás de las mecánicas de combate (o masacre, sería más apropiado decir). Al principio hay dos opciones de personaje: un sacerdote y una periodista. Ambos están enfocados a diferentes estilos (el primero más defensivo, la segunda más agresivo) pero tal vez por haber elegido la dificultad más fácil, yo no encontré tanta diferencia entre ellos más que en el árbol de habilidades y poderes.
La premisa inicial es la misma para los dos: Un primo les escribe un pedido desesperado de ayuda y los hace viajar hasta un pueblo costero para encontrarse. Cuando llegan hay un bardo bárbaro, está todo lleno de chobis y zombies lovecraftianos, anarquía total, tentáculos por doquier que nos quieren hacer hentai, diría La Rosalía. Las distintas tramas de los protagonistas en este lugar del horror se van revelando con el correr del tiempo.
A medida que van avanzando los capítulos, hay ciertos diálogos y pequeñas cinemáticas que nos mueven por la historia, especialmente al final. Sin embargo queda claro que este no es el punto del juego y de hecho puede saltearse completamente sin perder por eso la experiencia del retro shooter. Eso para mi ya fue una red flag. Dame historia O DAME MUERTE. De todas maneras si debo reconocer que si uno se esmera en agarrar los coleccionables y descubrir los secretos, la cosa se pone más compleja. Hay una gran cantidad de referencias, no sólo a los mitos de H.P. Lovecraft sino a otros autores e incluso easter eggs visuales a películas icónicas como El Resplandor o Evil Dead.
El único problema es que para obtener todas estas perlitas, uno se pone en riesgo de morir sin piedad y los puntos de guardado a veces están tan lejos que la frustración se vuelve peor que cuando tu pareja se morfa la milanesa fría que habías guardado para cuando llegaras del trabajo.
Como mencioné antes, tiene varias opciones de dificultad y de configuración para accesibilidad. Lo ideal para mí hubiera sido sumarle un modo inmortal, pero eso es porque soy solo una chica, parada frente a un shooter en primera persona, pidiéndole que la ame. También creo que sería un título ideal para un co-op, aunque los desarrolladores dijeron que no hay planes en vista para ese tipo de modificaciones.
Las mecánicas son reminiscentes de los retro shooters clásicos, como Doom o Quake. Incluso hay que ir recolectando llaves de diferentes colores para abrir una serie de puertas y así ir pasando de niveles. La acción es rápida, un poco mucho para mi gusto, y lleva a muchas situaciones de prueba y error en las cuales es necesario repetir escenarios y enfocarlos de forma distinta. Por suerte la muerte no es muy costosa, más que el tiempo que se pierde si uno queda frito muy lejos de un punto de guardado (lo cual me pasaba seguido, malditos monstruos barril).
Como sucede en muchos títulos de este género, la misma dinámica te va enseñando ciertos truquitos para que todo sea menos dificultoso. En cierto punto ya sabés de sobra que cada vez que veas un grupo grande de recursos para agarrar, va a activarse una horda de monstruos al segundo que toques la primera cajita de munición. Que ortivas loco, dejen patear.
El diseño de enemigos es variado, tanto en aspecto, tipos de ataque y escala de poder. Por supuesto cada cosa requiere su arma y su tipo de ataque, y eso sumado al árbol de habilidades resulta en un cóctel bastante versátil para que cada persona elija cómo exactamente quiere jugar: mejorar armas, ciertos “poderes especiales”, salud, experiencia o incluso herramientas como la linterna. En lo personal los zombies del principio no me parecieron particularmente Lovecraftianos. Tal vez me hubiera gustado algo más parecido a los hombres-pez de los mitos, sobre todo teniendo en cuenta de que se esfuerzan por repetir una y otra vez que la acción pasa en un pueblo costero medio turbina. Pero la cosa mejora, y cómo. En ese sentido no puedo quejarme.
Chica que no juega Shooters, ¿recomienda este Shooter?
A pesar de que no puedo decir que Forgive Me Father se llevó el título de “Mi Juego de Tiros Ideal” y que lamentablemente la fiesta tendrá que esperar, si recomiendo el título a quienes disfruten del género. Las mecánicas están buenísimas, el juego es entretenido y sabe como engancharte. El diseño tanto visual como de sonido es de otro planeta (o tal vez de otra dimensión. Cthulhu, teléfono) y si disfrutan de otras obras de terror clásico tanto en la literatura como en el cine van a saber apreciar la cantidad de referencias escondidas, y no tanto, repartidas por ahí. Termina resultando en un gran juego de acción, con una dosis más que correcta de terror y en un FPS original, cosa que parece estar faltando en estos últimos tiempos.
Por mi parte, no sé si alguna vez encontraré el shooter en primera persona de mis sueños, pero mientras tanto les seguiré recomendando a mis pretendientes.
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