G2A se encuentra en medio de una batalla de relaciones públicas. La campaña del desarrollador Mike Rose para que la empresa con base en Hong Kong deje de permitir la reventa de títulos Indie gana fuerza día a día, y sus turbias prácticas de negocio están de vuelta bajo la lupa.
La compañía llegó a incluso a, en cierto punto, admitir que es conciente de ser parte de un problema que afecta directamente a la economía del sector independiente, pero al mismo tiempo se defendió diciendo que los desarrolladores deberían aceptar que estas cosas pasen, porque igualmente pasarían si G2A no existiese.
Destilaban confianza, o eso parecía. Ayer se supo que al menos 10 medios fueron contactados por representantes de la empresa, con la intensión de pagarles para que publicaran artículos escritos por G2A para defenderse, pero sin avisar al público de que habían sido escritos por ellos.
https://twitter.com/SomeIndieGames/status/1148201687141756928
«Hemos escrito un artículo imparcial sobre cómo ‘Vender claves robadas en los mercados de juego es prácticamente imposible’ y queremos publicarlo en su sitio web sin que esté marcado como patrocinado o como asociado con G2A. Es una revisión transparente y justa del problema de la reventa de claves robadas». Así se lee en el mail que Thomas Faust, de IndieGamesPlus, y otros nueve periodistas recibieron a primeras horas de ayer.
Vale aclarar que lo que el representante, identificado como Adrian, estaba pidiendo está prohibido por ley tanto en los EEUU como en Europa, territorios a los que los medios contactados pertenecen. El correo se viralizó rápido en Twitter, y G2A se vio forzado a dar explicaciónes.
El mail era legitimo, según confirmó el Director de Comunicaciones de la empresa, pero aparentemente en todos los casos fue enviado sin autorización. Al mismo tiempo, prometieron castigar al empleado responsable, por ser esta acción «absolutamente inaceptable».
https://twitter.com/G2A_com/status/1148229981513949184
Considerada conveniente, la excusa fue puesta en duda por todo el mundo, y no ha hecho más que reforzar la posición de quienes se enfrentan a G2A por las formas turbias de manejar su negocio. Remar en dulce de leche, e incluso ceder ante el pedido de Rose, eso es lo que la compañía tendrá que hacer si pretende que su presencia en la industria sea vista como benigna.