Mass Effect para muchas personas es sólo un nombre, para algunas otras, es el título de la decepción narrativa más grande de la historia; pero también estamos quienes sentimos que esta saga marcó nuestro corazón. Cuando conocí Mass Effect tenía 23 años, trabajaba en las oficinas de una obra social y como vivía en el conurbano me tenía que despertar a las 7 de la mañana para llegar al trabajo. En ese entonces aparece esta saga que no me llamaba demasiado la atención, porque hasta entonces sólo me interesaban las cosas con dragones y espadas, sin embargo, la insistencia de varias personas de mi entorno me hizo probarlo.
Aunque tosco, Mass Effect logró calar hondo con algunas particularidades: su capacidad ambiental, artística y musical para sumergirme en un entorno cósmico; la posibilidad de moldear a mi personaje según sus elecciones, los romancesn in-game, las variables de personalidad, el universo galáctico lleno de razas y planteos narrativos adultos… sin darme cuenta, pasaban los días y estaba tan sumergida en esta historia que yo, la persona que más odia madrugar en el planeta tierra, me despertaba a las 6 de la mañana para poder jugar una hora más antes de irme a trabajar.
De más está decir que con sus fallas y sus zigzageos, Mass Effect terminó siendo una de las sagas que más amé en mi vida y que me marcaron para siempre, pero todavía más importante: fue la historia que me hizo empezar a preguntarme si no podría algún día ser guionista de videojuegos y, haciendo un fastforward, es de lo que me estoy por recibir muy pronto.
Ayer el equipo de Press Over transmitió en vivo el evento de The Game Awards en donde se hicieron varios anuncios importantísimos, fue un evento interesante que nos dejó algunas conclusiones y por supuesto a The Last of Us: Parte II como GOTY. Pero antes de los anuncios finales hubo algo que realmente hizo que se nos frene el corazón.
Cuando el teaser arrancó ya sospechamos algunas cosas, la inconfundible música de Clint Mansell se hace notar con facilidad, pero atravesar galaxias hasta llegar a una nave derruída y que instantáneamente escuchemos la tétrica bocina de un Reaper (un Segador, para las versiones traducidas) nos puso la piel de gallina. De fondo, relés de masa destruídos y lo que parece ser una carcasa del mencionado reaper.
La cámara aterriza en un planeta congelado, donde una figura femenina camina cuesta arriba buscando algo. Ese algo es el pedazo de una armadura, que al removerle un poco la nieve reza con total claridad lo que ya sabíamos que íbamos a leer, pero que igual nos hizo llenar de lágrimas los ojos: N7. El logotipo de la Normandía, la nave de Shepard, nuestro querido o querida (depende el género que le hayas elegido) comandante.
Sin embargo, si pensábamos que la emoción iba a quedarse ahí, fue porque no imaginábamos que cuando la cámara enfocara la cara de esa figura que encuentra el objeto, nos íbamos a encontrar con unas pecas azules y el gesto de uno de los personajes más queribles de la saga: Liara T´soni, una gran científica asari (raza alienígena de la saga) que acompañó a Shepard en muchas de sus aventuras… para algunas personas, un gran romance también.
Liara mira al horizonte y observa la nave aterrizada a lo lejos, las siluetas de tres figuras que parecen claramente un salariano, un turiano y un krogan (¿Mordin, Garrus y Grunt?), más otro ser que cuesta identificar, y sonríe victoriosa. Lo que parece el sol de aquél planeta se alza en el horizonte haciendo juego con su hermosa sonrisa y quienes miramos también sonreímos: volvió la esperanza. Y por las dudas de que a alguien no le hubiera quedado claro, la escena funde a negro con el logo de Mass Effect y un subtítulo que promete que «Va a continuar».
¿Por qué esto es tan importante? Quizá tenga algunos spoilers, así que cuidado si no jugaste la saga.
Mass Effect nace en la coyuntura de una época donde los videojuegos empezaban y terminaban. Había algunos pocos que presentaban secuelas pero ninguno permitía eso que el Mass Effect 2 nos trajo como sorpresa y terminó por romper la estructura para abrir la puerta a un nuevo sistema: importar personaje. Esa historia que comenzaste en el Mass Effect 1, podía continuarse con el mismo personaje que entrenaste, forjaste y tomó tus decisiones en Mass Effect 2, y nuevamente también podías importar el personaje para Mass Effect 3.
En síntesis, desde 2007 a 2012 un montón de jugadorxs mundialmente construyeron, criaron y siguieron a un personaje que hizo su camino del héroe desde lo más raso que puede ser un soldado hasta el heroísmo como comandante que se sacrifica por todas las razas. Si jugaste los tres juegos y no te emocionaste con esto, me pregunto dónde está tu corazón.
La historia cerró trágicamente, hubo problemas y polémicas, BioWare la pifió jodido intentando hacernos creer que podíamos elegir varios caminos cuando narrativamente eran casi lo mismo pero con colores distintos. Y fue una pena, porque si bien la esencia de Mass Effect era decidir y lidiar con las consecuencias, como fans muchas personas hubieran entendido que el único final lógico para Shepard era el heroísmo y por ende, cerrar con una sola historia no hubiese estado tan mal.
De alguna forma, este teaser es un rayito de esperanza, no sólo para arreglar lo que dejó un gusto amargo, sino para volver a esos personajes que nos enamoraron. Y además, si la empresa es lo suficientemente inteligente y marketinera, para que antes se puedan disfrutar los remasters en las nuevas consolas y sumergirse en esta nueva historia como corresponde.
El hype nunca es bueno, lo dijo Damián Silberstein en una nota que les recomiendo que lean. Pero por nuestra condición humana mucho no podemos hacer después de ver esto.